Día Internacional de la Enfermería: una vida de dedicación a la salud

Hoy se celebra el Día Internacional de la Enfermería y el caso de Hilda Guadalupe Valenzuela Zamora es uno especial.
Especial/EXPRESO.

HERMOSILLO, SON.- Hoy se celebra el Día Internacional de la Enfermera y el caso de Hilda Guadalupe Valenzuela Zamora es uno especial.

Con todo en contra y nada a favor es como ella llegó a 29 años de experiencia como enfermera, además de desempeñarse como coordinadora de Enseñanza en el Hospital General del Estado (HGE).

El terremoto de 1985 en la Ciudad de México fue un antes y después en la vida de Hilda, quien desde ese momento decidió que se dedicaría al sector Salud, para ayudar a la mayor cantidad de personas posibles.

Originaria de Villa Juárez, Sonora, desde muy pequeña entró al área de voluntariado en la Cruz Roja; a partir de ahí tomó el gusto por la profesión, aprendiendo en cursos y al participar en colectas y otras actividades.

Covid fue un gran temor

Ya dentro de la profesión le ha tocado atender diferentes casos de lesiones y situaciones complicadas, pero la reciente pandemia del Covid-19 fue un punto y aparte.

El desconocimiento de la enfermedad y la incertidumbre de no saber qué pasaría a futuro, además del pánico al ver las noticias de otros países fueron un punto en la preocupación de ella y todos los integrantes del sector Salud, pero lograron salir adelante junto a la población.

“Nos preparamos ante la llegada inminente del Covid-19; hicimos equipo con el área de urgencias, empezaron a dar capacitaciones; el temor era el sentimiento número uno en todos los niveles. Yo pensaba, y alguna vez lo comenté: que el miedo sea el motor que nos dé entendimiento y que nos haga prepararnos de la mejor manera”, detalló.

Hay mucho sacrificio

El ver a gente afectada por el coronavirus la hizo pasar momentos complicados, con pacientes y colegas que también se vieron alcanzados por la enfermedad.

“A alguna parte del equipo nos tocó estar a veces días enteros allá, preparando las logísticas de la semana, del día siguiente; al principio de la pandemia era crisis total, estar al pendiente de los pacientes que salían de la sala de Covid para para garantizar que se retiraran correctamente el equipo, y que no había una contaminación”, dijo.

Para Hilda, las tristezas más duras de padecer para ella y algunos compañeros fueron los aislamientos o que familiares se infectaran, pues existía riesgo de perderlos, contó.