Esta plaza comercial en ruinas ahora solo vive en la memoria de los hermosillenses

Una ruina de memorias queda de lo que alguna vez fue una plaza comercial al sur de Hermosillo. Sus antiguos clientes y habitantes de los alrededores comparten recuerdos del lugar.
Fotos: Javier Neri

HERMOSILLO, SON.- Una ruina de memorias queda de lo que alguna vez fue una plaza comercial al sur de Hermosillo. Sus antiguos clientes y habitantes de los alrededores comparten diferentes recuerdos asociados al lugar, inmerso ahora en el olvido.

La anteriormente llamada Plaza Sur se ubica por el bulevar Solidaridad, entre avenida Comercial Villa Honorable y calle 15 A. El sitio albergaba un supermercado de la franquicia “VH” en sus comienzos, mismo que quebraría en 2008 y sería retomado bajo el concepto “Santa Fe", lo que no evitaría que repitiera el mismo destino.

Para Malena Herrera, el sitio tiene un gran significado.

“Yo trabajé allí. En estas fechas navideñas me acuerdo que era el único lugar ‘suave’ al que podías ir a comprar cosas", compartió con añoranza.

“Los locales estaban con tiendas, me acuerdo. Y era nuestra plaza para los que vivíamos ahí en el Palo Verde. Y trabajo, una fuente de empleo”.

Malena trabajó por dos años en el supermercado, lo cual se consideraba “un privilegio", motivo de orgullo entre algunos hermosillenses. Le rodeaban puestos de toda índole: estéticas, farmacias, establecimientos de pagos de servicios y videoclubs donde se apilaba la clientela.

“Muy viva estaba esa plaza. Viva, viva. Y se llenaba el VH de gente, unas filotas. Muy bonita la tienda, como se acostumbraba antes”, concluyó.

Para Mariel Contreras, una de las últimas generaciones que experimentó el comercio de la zona, el lugar era un punto de diversión en su juventud.

“Al salir de la escuela o cuando me la pinteaba me iba para allá. Recuerdo que tenía una canchita de basquet donde a veces jugábamos retas. Pero te entretenías con las tiendas”, expresó.

El Plantel Villa de Seris del Colegio de Bachilleres se encuentra a escasos metros del sitio. Jóvenes de todas las edades solían acudir a refrescarse y pasar el rato, formando una parte importante de sus adolescencias.

Hoy los anuncios de los últimos locales apenas se distinguen. Los escombros alfombran el suelo y la infraestructura luce al borde del derrumbe. El centro comercial ya sólo es refugio de quienes no suelen cargar dinero en sus bolsillos.

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