Figuras de palo fierro, una tradición con más de 40 años en Hermosillo

Desde animales hasta representaciones de grupos indígenas de la región, estas figuras tienen una gran historia en la capital del estado.
Estas artesanías suelen ser un buen suvenir para quienes visitan la ciudad. (Sandra Solís/EXPRESO)

La ciudad de Hermosillo alberga una tradición única y cautivadora: la venta de figuras talladas en palo fierro, un oficio arraigado en la región desde hace más de 40 años.

José Luis Cuen, vendedor de estas figuras por más de 5 años, compartió su experiencia en este mundo lleno de historia y encanto; explicó que son creadas por artesanos de la ciudad, junto con otros provenientes del poblado Miguel Alemán.

Las figuras que más se venden son las representativas del estado de Sonora, como la danza del venado, el borrego cimarrón, los venados, son consumidos principalmente por turistas nacionales y consumidores de Hermosillo que van a viajar para llevarlos fuera”, indicó.

Asimismo, se encuentran también figuras de águilas, búhos, caballos, don Quijote, entre otras creaciones. El costo de estas piezas varía ampliamente, desde llaveros accesibles por 20 pesos hasta obras más elaboradas que alcanzan los 2500 pesos. “El precio varía del trabajo que tenga la pieza, de los detalles”, señaló.


Compartir la riqueza cultural de Sonora

A pesar de que Cuen se dedica a la venta y al brillo de estas creaciones, es evidente que su pasión por la tradición va más allá, puesto que mencionó que en cada figura ve una oportunidad de compartir la riqueza cultural de Sonora.

Cuando viene gente de fuera me gusta ofrecer el producto, decirles cómo se trabaja, de dónde proviene, quiénes lo hicieron originalmente, y les enseño los diferentes trabajos para que se lleven algo bonito”, contó.


Agregó que, si bien los momentos de mayor auge son en Semana Santa y en fechas decembrinas, la temporada de calor no detiene la operación de este oficio, aunque el flujo de visitantes varía entre 10 y 20 personas diarias.

José Luis encuentra satisfacción en ofrecer estos productos a quienes llegan de fuera y desean llevar un pedacito de Hermosillo consigo. Para él no se trata sólo de una venta, sino de compartir la pasión de los artesanos que originalmente dieron forma a estas figuras, y de transmitir la historia detrás de cada talla.