Juan Sin Miedo II deja su legado de la lucha libre en Hermosillo

En honor a su hermano Juan Sin Miedo, el hombre promueve el deporte en las nuevas generaciones.
Juan Sin Miedo se encuentra muy contento de haber formado parte de la escena en la lucha libre.

Son las diez de la mañana y Horacio se encuentra abriendo su local en el centro de Hermosillo, el comercio llama la atención por el número de singulares máscaras de lucha libre que abarrotan el exhibidor; a pesar de que captan la atención del público, para el hombre es un recordatorio de los mejores años de su vida

Bajo el nombre de Juan Sin Miedo II, en honor a su hermano Juan Sin Miedo, se abrió camino en la lucha libre y hoy en día forma parte de la promoción de este deporte en las nuevas generaciones de la ciudad. 

El luchador retirado inició sus pininos en la escena desde su natal Estado de México y la recuerda con mucha nostalgia y orgullo ya que apenas era un adolescente cuando inició.  

“El gusto por la lucha libre por parte de mi hermano empezó a los 16 años, yo veía a mi hermano y decía que quería ser como él y poco a poco me fue entrando más el gusto hasta que él me empezó a entrenar, dijo contento. 



Poco más de una década Juan Sin Miedo II se dedicó a dar el espectáculo a ras de lona, haciendo llaves, llegando a ser independiente en las arenas chicas, ahí en la periferia del Estado de México.

Después de conocer lo básico en la lucha por parte de su hermano, su segundo maestro fue El Gato Blanco, quien entrenaba en la Arena Toluca, a quien le pidió que lo entrenara, ahí fue donde empezó el punto más alto de su carrera.

“Lo que más me ha gustado en la lucha en el tiempo que duré fue el calor de la gente, es muy agradable el público, ellos son los que te suben, ellos te pueden hacer estrella pero también te pueden bajar el piso, tienes que hacer bien tu trabajo”, expresó. 

A la par de su trayectoria, Juan Sin Miedo II también se encontraba en formación militar dentro del Ejército Mexicano, por lo que con el paso del tiempo tuvo que abandonar el deporte, además de sufrir una lesión que le impidió continuar con su sueño. 


Revive la historia

Por azares del destino Juan Sin Miedo II arribó a Sonora y emprendió su propio comercio, una refresquería a la que le dedica el tiempo, sin embargo, su corazón y su alma le pertenecen a la lucha libre, algo que demuestra en su comercio.

“Cuando llegué a Sonora iba a las luchas, todavía cuando estaban en su apogeo las luchas era la vieja escuela, a ras de lona, “llaveo” contra “llaveo”, era mucha técnica, tenían esa base olímpica grecoromana, más que andar volando sobre las cuerdas”, recordó con gran emoción. 

Al formar parte de la afición, le recordaba mucho sus momentos de gloria, de los que guarda gratos recuerdos. Hoy en día participa, en medida de sus posibilidades, asistiendo a los gimnasios de lucha libre donde entrenan las nuevas generaciones.

“Se va generando otro tipo de lucha, los jóvenes ya tienen otro tipo de escuela y es muy diferente la lucha de antes a la de ahora, yo fui de la escuela vieja, pero la lucha libre en Sonora tuvo y sigue teniendo a sus grandes luchadores”, externó.