Algunos padres siembran en sus hijos la semilla del miedo: Zulema Ríos
En las últimas semanas, una de las preguntas que ha sido constante por las noticias que se comparten, es qué se puede hacer para erradicar la violencia en la que los jóvenes se ven inmersos, la coach Karla Zulema Ríos tiene algunas respuestas que pueden ayudar a los padres a brindarles el mejor crecimiento a sus pequeños.
“La institución más importante es la familia, y partiendo de ello es importante hablar de las semillas mentales y emocionales; hay padres que siembran en sus hijos la semilla del miedo, de la culpa, la vergüenza y la obligación, y lo que sucede con esto es que los niños empiezan a desarrollarse y crecer con dolor emocional, tristeza, culpa, cólera y desesperanza”, relató.
Al ser cuestionada sobre cómo los padres siembran esas semillas, respondió que lo hacen a través del maltrato psicológico, las críticas y comentarios ofensivos que se escudan tras una broma que va impregnada de violencia pasiva.
Se puede erradicar la violencia desde el amor
“Cuando le decimos a un niño que es un gordito hermoso u otros comentarios por el estilo, estás lastimando el autoestima de ese niño, estás lacerando su autoconcepto y al salir a la escuela u otros contextos sociales ya va etiquetado, ya tiene críticas y por consiguiente crece inseguro; no hay gritos ni golpes, pero hay un pisoteo a sus emociones, y eso es violencia pasiva”, agregó.
Entre las semillas que se deben erradicar están las de culpa, miedo, vergüenza, críticas, consideró, sobre todo en la etapa de la adolescencia, que es cuando están construyendo su personalidad, y en el afán de sentirse amados y aceptados, empiezan a renunciar a sí mismos y empiezan a sembrar esas semillas por complacer a sus padres.
“Cuando como madres y padres sanemos podremos reducir la violencia a la que nuestros hijos se enfrentan, porque hay que prepararnos para ser padres, hay que sanar nuestra infancia para poder darles a nuestros hijos lo que necesitan, para que todos seamos los adultos que le den voz a los niños, pero no sólo a los niños que están en nuestras vidas, sino también al niño interior que todos llevamos dentro, y que está herido por experiencias de la infancia”, finalizó.