La Manga avanza en urbanidad
HERMOSILLO, SON.- La delimitación de esta colonia se asemeja a la parte final de una camisa, llevando por nombre La Manga, una de las zonas que colinda con los límites de Hermosillo por su salida Oeste, hacia Bahía de Kino, y que empezó siendo un ejido donde reposaban diversos animales de ganado.
Muchos caballos, mulas, vacas y burros bebían agua en la zona, ahí nacían libres y se criaban solos en el monte, hasta que los ganaderos decidieron marcar a los animales para encerrarlos en corrales, para luego, trasladarlos y venderlos al Sur del país.
“No hay una fecha exacta para la fundación de la colonia La Manga, de lo que sí existen indicios, es que este poblado ya existía en 1805; también hay señales de sus habitantes a mediados de los años 1800 y desde luego a inicios de los 1900 en tiempos revolucionarios”.“Sin embargo, como ejido se fundó alrededor de 1938-1939. En ese entonces la ‘Manga’ era una ranchería con pocas familias que vivían de la crianza de su ganadito, la ordeña y la pequeña agricultura”, detalló Ignacio Lagarda Lagarda, cronista municipal de Hermosillo.
Diez años después de su fundación, se abrió la Presa Abelardo L. Rodríguez, por lo que los ejidatarios podían empezar a garantizar sus cosechas y la crianza del animal, por la seguridad y el recurso; junto a esto, llegaron los que emplearon a los habitantes, como las despepitadoras de algodón, además de la inauguración del Aeropuerto Internacional ‘Ignacio Pesqueira García’ en 1953.
Poco desarrollo
A pesar de haber empezado a tener señales de urbanidad, entre los años 70 y 80, La Manga aún era una ranchería para el cultivo de ganado, además de contar como un sitio de reunión para el juego de pelota, o taste, llamado ‘El juego de la Ulama’, aparte de los bailes donde los hermosillenses seguían el ritmo.
Entre los apellidos más comunes de los residentes de dicha colonia, se escuchan los Acedo, Arvayo, Corrales, Coronado, Cota, Franco, Juzaino, Leones, Masiaca, Moreno, Murrieta y Rodríguez.
Con la reciente visita realizada por EXPRESO a esta colonia, se pudo conocer a una de las residentes que radica desde los primeros años del desarrollo de La Manga.
“Ni sale uno, se la lleva aquí adentro. En cuanto a agua, luz y todo eso, estamos bien, en cuestión de seguridad se ha calmado la gente con la cuestión del virus, pero normalmente sí hay mucha gente en las calles […] Vivo aquí desde que nací en esta colonia, hoy tengo 72 años de edad”.“La colonia lleva poco de tener calles pavimentadas, unos 10 años después de un Presidente Municipal que empezó a hacer movimientos por aquí, y en los últimos tres no se ve que hayan hecho algo, siguen muchas calles sin pavimentar”, detalló Norma Alicia Coronado Gálvez.
Junto a ella se encontraba José Luis Acedo Coronado, su esposo, quien añadió que ahí están bien ellos con su tienda, Abarrotes Coronado, pero unas calles más al Sur de la misma colonia, hay casas a las que se les va seguido el servicio de luz, y hay más inseguridad.
Muchos cholos
Jorge, un estudiante de secundaria, expresó que “hay muchos ‘cholos’ nada más, mucho malandro y pues de robos no he sabido, pero mucha gente se ha muerto”.
El adolescente añadió que aunque se les haya ido la luz con las recientes lluvias, no pasan tanto tiempo en espera para que vuelva el servicio.
Canal peligroso
Hoy, La Manga abarca de la calle Arroyo hasta la Yucatán, de Este a Oeste; y de Norte a Sur, empieza desde el bulevar García Morales hasta la calle Valdepeñas, donde se encuentra un pequeño canal que puede ser peligroso para sus habitantes, pues no cuenta con cercos limitantes.
Dentro del canal hay aguas negras, basura e incluso mucho escombro y desechos de construcción, los cuales, por lo general, también abundan en las calles y lotes baldíos que hay en la colonia
EXP/DL/EV/JUL/2020