Hermosillo despide a Saro Restivo, pionero de la pizza en la ciudad
Ayer, la capital sonorense se despidió de Saro Restivo Tomasello, el ciudadano italiano originario de Palermo, Sicilia, conocido cariñosamente como 'El Saro'.
A los 85 años, Saro, un hombre que se definía como un aventurero y un creador de grandes experiencias de vida, dejó un legado imborrable en la comunidad hermosillense, marcado por su amor por la gastronomía y su compromiso con el medio ambiente.
Durante su vida, Saro compartió su pasión por las buenas costumbres y su deseo de ayudar a los demás, especialmente a la comunidad mexicana, a quien siempre estuvo agradecido por haberlo adoptado. Además, fue un gran aficionado a la música vernácula, tanto mexicana como italiana.
Saro llegó a Hermosillo el 5 de febrero de 1969, motivado por el amor y la belleza de una joven hermosillense que conoció durante un viaje por Europa.
“El Saro, porque en mi tierra, en Sicilia, están Rosario y Rosaria. Dado que aquí hay Sara y no había Saro, yo, dado que en Sicilia soy Saro, lo traje aquí”, explicó con una sonrisa.
Al llegar a Hermosillo, Saro enfrentó desafíos significativos.
“Al principio fue difícil, no conseguía trabajo porque no tenía papeles”, confesó. Sin embargo, su espíritu emprendedor lo llevó a buscar alternativas.
Un compatriota italiano le ofreció un empleo en un taller, aunque las condiciones eran difíciles: “El calor era insoportable y ganaba muy poco”, comentó.
No dispuesto a rendirse, Saro decidió abrir su propia pizzería en diciembre de ese mismo año, marcando el inicio de una nueva era en la gastronomía local.
El primer restaurante de Saro se estableció en la “cuchillita de Rosales y Pino Suárez”, donde comenzó a preparar pizzas con una receta enviada desde Italia. Con una mezcla de pasión y dedicación, su cocina conquistó rápidamente el paladar local.
“Poco a poco, el público se rindió ante mi sazón”, aseguró, reflejando su orgullo por haber traído un platillo que, en aquel entonces, era prácticamente desconocido en la región.
Una vida marcada por la Guerra
Saro vivió experiencias que marcaron su vida antes de llegar a Hermosillo. “También trabajé allá”, comentó, refiriéndose a su tiempo en Europa. Durante esos años, vivió un intenso intercambio de culturas.
“Cuando entraron los americanos en mi tierra, llegaron de África con dulces, cigarrillos y música. Al principio fue un ambiente alegre, las señoritas bailaban felices con los soldados americanos. Pero luego todo cambió con la llegada de la república; se acabó el fascismo, y se hizo un plebiscito. Italia decidió ser república y se fundó sobre el trabajo”.
Su experiencia laboral en Europa incluyó un importante paso por la FIAT en Turín.
“Trabajé como tornero en la FIAT durante cinco años. Lo único que no me gustaba era el frío, porque yo venía del sur, de tierra caliente. Pero estuve bien en Turín, trabajando en la mecánica”, explicó.
Vivir cerca de los Alpes y los Apeninos fue otra parte de su vida que siempre atesoró, destacando la belleza de esas cadenas montañosas que atraviesan Italia.
Finalmente, su destino lo llevó a Roma, donde combinó sus trabajos en la FIAT con una vida social activa.
El amor lo llevó a Sonora
“Bromeando un poco, era el 'Latin Lover de los pobres'. Fue ahí donde conocí a un grupo de mexicanas, entre ellas una de Hermosillo. Nos casamos y, después de un tiempo, ella quiso regresar a Hermosillo. Así fue como llegué a México”, narró Saro, reflejando el amor que lo unió a su esposa y su nuevo hogar.
A lo largo de su carrera, Saro no solo se destacó por su destreza culinaria, sino también por su compromiso con la comunidad.
“Propuse la utilización de bolsas de plástico para el manejo de basura, una innovación que sigue vigente en muchas zonas de la ciudad”, recordó, subrayando su visión no solo como empresario, sino como ciudadano comprometido con el bienestar de Hermosillo.
Después de 30 años en Bahía de Kino, donde administró un hotel y restaurante, Saro regresó a Hermosillo en sus últimos años con la intención de revivir su negocio y compartir su amor por la cocina con nuevas generaciones. La ciudad lo acogió de nuevo, y su presencia se sintió en cada rincón, recordando a los hermosillenses la historia detrás de la pizza que tanto aman.
En sus reflexiones finales, Saro Restivo se mostró siempre orgulloso de su nueva vida en Sonora. “Yo les digo: 'De Sicilia, tierra caliente, de hombres valientes, como los sonorenses'”, exclamó. Su historia es un testimonio del poder del amor y la pasión, no solo por la gastronomía, sino por el lugar que eligió como su hogar.
Hoy, Hermosillo despide a un verdadero pionero, cuya huella permanecerá en cada pizza servida en la ciudad. La historia de Saro Restivo Tomasello es un recordatorio de cómo una persona puede cambiar el rumbo de una comunidad, y su legado será recordado por generaciones.