No sólo son los videojuegos, también el entorno familiar: Gutiérrez Clark
HERMOSILLO, SON.- No es sólo la influencia de videojuegos violentos los que provocaron la tragedia del 10 de enero en el Colegio Cervantes en Torreón, Coahuila, en la que fallecieron dos personas incluido el menor atacante y 6 más resultaron heridos, también debe tomarse en cuenta la ausencia de padres y un sistema de valores débiles, opinó Paola Gutiérrez Clark, psicóloga y directora de Clínica Cerma.
Entrevistada por Expreso sobre el suceso que ha conmocionado al país, la especialista destacó que sea la circunstancia que sea en este hecho no deja de haber padres ausentes de acuerdo a como se ha vertido en redes sociales y medios de comunicación, principalmente, aunado a la ignorancia, baja importancia y estigmas sobre la salud mental existente en el grueso de la población.
“Este niño no lo hizo de un día para otro, es claro que debió haber presentado diferentes factores, que si la familia hubiera estado alerta se hubiera logrado prevenir, pero hay mucha falta de aceptación, mucha negación y mucha desinformación en torno a la salud mental. Por otro lado también veo que culpan mucho a las escuelas, que debieron haber estado atentas”.
Sobre el último punto destacó que la escuela cumple un factor muy importante que es la educación académica, en este sentido es responsabilidad de los padres de familia la educación en cuanto a emociones y valores en el hogar, y reitera hay falta de información, aceptación y poca atención de algunos padres respecto a los sentimientos de sus hijos independientemente de las circunstancias por las que atraviesen.
“Entiendo que hay mucha madre soltera, que hay mucho papá que tiene que trabajar todo el día pero eso no justifica; a final de cuentas la estabilidad familiar radica en la unión, las emociones, la salud que haya en la familia y no en lo económico. Se nota a leguas que hay una adicción a los video juegos que apenas se está aceptando aquí en México como adicción, pero todavía se normaliza o los papás lo ven como un niñero”.
Agregó que a esta problemática se suma un sistema débil en cuanto a valores, ante lo cual los padres y madres deben aceptar cuando han fracasado con el rol que tienen en el seno familiar, ya que tener un hijo es tener una vida con la cual debe haber responsabilidad.
“Los invito a trabajar en las emociones personales, en el ego, en la soberbia, que si tenemos eso equilibrado vamos a poder aprender a darnos cuenta más si estamos cometiendo errores, porque muchas veces estas dos situaciones emocionales, como es el ego y la soberbia, no nos dejan darnos cuenta cuando nos estamos equivocando”, concluyó.