'Los Tanis' hacen match en la vida y las arepas
De un 'match' en una aplicación de citas entre una joven hermosillense y un barranquillero, nació el amor y un emprendimiento de comida colombiana en la ciudad.
Jonathan Gaviria y Aura Rivera, conocidos por sus amigos, familiares y clientes como 'Los Tanis', son los artífices de esta historia de éxito y romance que comenzó el 2 de octubre de 2022, y narran cómo se conocieron y de dónde surgió la idea del negocio de arepas llamado Medellín 2000, el cual ya es viral y se encuentra ubicado en el interior de Plaza Londres, en el Centro Histórico de Hermosillo.
“Yo me acuerdo que abrí Tinder como por tercera vez en mi vida, no me gustan esas aplicaciones porque soy muy mala ligando, a ninguno le daba like, soy muy ‘picky’, entonces una vez lo abrí y dije genuinamente ‘ay ya, a ver, mínimo para salir de peda un día’, tenía gente que le había dado ‘match’ desde hace 4 años y no hablaba con ellos, le di like a uno, hablamos y era muy aburrido, luego me salió él”, recordó la hoy socia de Medellín 2000.
Jonathan, por su parte, descargó Tinder para matar tiempo durante una escala en Ciudad de México, antes de llegar a Hermosillo a su año de intercambio escolar, ambos tenían su cuenta vinculada con Instagram, por lo que fue fácil seguirse a través de dicha red social.
“Yo ya había subido historias de que la aplicación no servía de nada, que tenía las expectativas bien altas ahora que me gusta BTS (banda de K-Pop), entonces él me dio like y me dijo algo de ‘ya vi que tienes altas expectativas parce’ y comenzamos a hablar. Yo ya no planeaba seguir, pero me contestaba historias y él también subía, me llamó la atención que también le hablaba a la cámara. Nunca me tiró el rollo desde el principio, me daba mucha risa y me caía muy bien”, compartió Aura.
Flechazo instantáneo
Después de una semana de intercambio de mensajes en Tinder e Instagram, Jonathan invitó a Aura a una fiesta en su casa, en la que pasaron una noche muy agradable, hubo una conexión innegable.
“Entró a su cuarto (Jonathan) y había como cuatro personas dormidas en su cama y yo de ‘vamos a mi casa, ahí puedes dormir’ el primer día que nos acabábamos de conocer, al día siguiente nos fuimos por tacos, manejó mi carro y se puso una pijama mía”, detalló sorprendida.
A pesar de que Aura tenía dudas debido a la diferencia de edad entre ambos, ya que Gaviria era un estudiante de intercambio, mientras que ella ya había completado su carrera universitaria, comenzaron a tener citas, las cuales se formalizaron en una relación el 11 de enero de 2023.
“A mí en noviembre-diciembre me corren de la universidad y yo tenía que quedarme 6 meses porque me habían mandado por un año, un amigo me dice ‘vente a vivir conmigo a Puerto Libertad y trabajas ahí de pescador’, me fui, pero nunca dejamos de hablar, ni de vernos, la razón por la que venía era por ella y ya luego ella fue a verme”, recordó Jonathan.
Pese a las dificultades económicas por las que atravesaba, Jonathan quería pedirle a Aura que fuera su novia, para lo que ideó una forma original de hacerlo: le envió una camiseta con su miembro favorito de la banda BTS con un cartel que decía ‘¿Quieres ser mi novia?', escrito en coreano, una bandera de México y Colombia, así como un código QR que llevaba a la canción que bailaban en sus citas.
De la necesidad salió el negocio
El barranquillero, consciente de las limitaciones que enfrentaba, ideó un plan para mejorar su situación financiera. Su pasión por la cocina y el deseo de emprender lo llevaron a considerar abrir un negocio de comida colombiana.
“Yo allá estaba ganando mil pesos a la semana, pero yo me gastaba 250 en el pasaje del pueblo pa’ acá, entonces eran 700 lo que tenía para gastar, yo no conocía a Aura como la conozco ahora, yo decía ‘esta mujer trabaja en redes, se viste bien, la invitan a eventos, a fiestas’ no era inseguridad, sino realidad ¿por qué ella estaría con uno de 21-22 años, que se gana 700 pesos a la semana, que vive en un pueblo por allá y cuando va al pueblo lo encuentra batido de pescado?”, rememoró Jonathan.
Sin ahorros, ni idea de cómo montar el negocio de sus sueños, buscó opciones y comparó precios. Un día recibió un impulso inesperado de su padre.
“Como a la semana y media me habla mi papá, y me dice ‘yo tengo una plata acá, quiero invertirla’, yo estaba entre comprar un carro para ser taxista o abrir el negocio y ella decidió, me dijo ‘teniendo el dinero no te voy a dejar comprar un carro’”, señaló.
Aura alentó a Jonathan a seguir su sueño y lo apoyó en cada paso del proceso. A pesar de algunas dudas y desafíos en su relación, se embarcaron juntos en la aventura de convertirse en emprendedores.
Su negocio, llamado Medellín 2000, rápidamente se convirtió en un éxito, y su relación se fortaleció aún más al trabajar codo a codo en su empresa.
“Juntos trabajamos muy bien, son cositas que vas aprendiendo en la marcha”, concluyó Aura.