Mujer policía es amenazada al denunciar que fue violada por comandante
CIUDAD DE MÉXICO.- María es policía de investigación de la Ciudad de México y también víctima de violación sexual por parte de otro policía, Francisco, comandante en jefe, y que actualmente sigue trabajando en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX).
De la violación de María están al tanto la FGJCDMX, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad, la Secretaría de las Mujeres y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. A poco más de dos años de los hechos, la oficial no ha recibido justicia y tampoco notificaciones del estado de la carpeta o los avances de la indagatoria. El nombre de la víctima se modificó a petición de ella y el de su agresor se mantiene sin apellidos en cumplimiento del debido proceso.
En junio de 2018 la mujer, que actualmente tiene 36 años, acababa de egresar del Instituto de Formación Profesional y Estudios Superiores de la Fiscalía General de Justicia (IFPES), cuando fue asignada al operativo “Iztapalapa Seguro”. Era un grupo de alrededor de una decena de varones y ella era la única mujer.
Francisco, el jefe del operativo, comenzó a acercarse a ella mediante invitaciones a comer, ella lo tomaba como simples gestos de amabilidad.
María narró que en las primeras charlas con Francisco, a quien describe como un hombre alto de 1.90 metros y 47 años de edad, se jactaba de haber sido reclutado, sin ningún tipo de entrenamiento policial, para trabajar en la casa de espionaje de la calle Manuel Márquez Sterling 15, en el Centro de la CDMX, desde donde una investigación periodística de Mexicanos contra la Corrupción reveló que se operaba un equipo de espionaje con dinero público contra adversarios políticos del entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Así como de ser un hombre cercano y protegido de El Jefe Peralta, sin que se sepa si se refería al exjefe de la Policía de Investigación, Raúl Peralta.
Francisco comenzó a espiarla en cada rincón de sus funciones, “aparecía” constantemente por donde María estuviera asignada, intentaba besarla a la fuerza para que otros policías se dieran cuenta, y la amenazaba con llevarla a su casa en contra de su voluntad. Desde un inicio, la mujer negó interés amoroso en él y trató de mantener una relación de cordialidad y profesionalismo debido a la jerarquía.
A mediados de junio del mismo año, al término de la jornada de ambos, él le pidió a la mujer que lo acompañara a su casa a recoger unos documentos. Fue ahí donde la violó.
“Me dijo que lo acompañara, que iba a ser rápido, que estaba cerca de ahí. Era una casa abandonada, muy grande y por lo poco que alcancé a ver, la habitación era la única parte habitable porque todo lo demás parecía un basurero, tenía botellas, no había sala, ni nada. Me dijo que me sentara en su cama, me besó a la fuerza, yo realmente no quise, pero pues ya pasó a más”, contó la mujer, quien dijo que esta narración le provoca vergüenza y angustia. Además, Francisco la amenazó para que no le contara a nadie lo sucedido, motivo por el que mantuvo en silencio el ataque por cuatro meses.“Su altura, su complexión, yo no pude evitarlo y pues siempre su chantaje era el poder, el grado que tenía y sus contactos”, dijo.
Datos inconsistentes
Conocer los datos reales de cuántos policías han sido procesados, sentenciados o señalados por abuso sexual, acoso y violación es complejo, pues la herramienta pública de transparencia ha entregado datos desordenados e inconsistentes en la búsqueda de los mismos periodos de tiempo.
Por ejemplo, en una primera solicitud de información que realizó este periódico a la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales en septiembre de 2019, se informó que durante 2018 se abrieron 66 carpetas de investigación contra policías por abuso, acoso y violación y 83 en 2019 por los mismos delitos. Un total de 149 carpetas. Sin embargo, en la respuesta a una segunda solicitud de marzo de 2020, solamente reportan 27 carpetas abiertas contra policías por esos mismos delitos en 2018, y 80 durante 2019. Lo que representa una diferencia de 39 registros en el primer año y tres en el segundo.
En 2020 van 14 carpetas iniciadas. La corporación con más señalamientos por esos delitos es la Secretaría de Seguridad Ciudadana a lo largo de los tres últimos años. Para aclarar estas inconsistencias, EL UNIVERSAL solicitó una postura a la FGJCDMX, pero hasta el cierre de la edición no se obtuvo respuesta.
Por su parte, en la Fiscalía para la Investigación de los Delitos cometidos por Servidores Públicos existen otras 22 denuncias contra policías por acoso sexual y tres por violación de 2012 al 4 de marzo de 2020. Se pidió el total de vinculaciones a proceso, pero no lo entregaron.
El Poder Judicial de la CDMX registró 20 sentencias condenatorias por abuso sexual y violación en donde el sentenciado dijo tener como ocupación el ser policía de alguna corporación en el periodo de 2011 a 2019, según datos obtenidos de transparencia.
“El ser mujer en la policía significa estar expuesta a diferentes vulnerabilidades, entre ellas, la violencia sexual y discriminación, pero también a reglas no escritas dentro de la policía en donde, para poder crecer en la jerarquía, ellas tienen que mimetizarse y adquirir comportamientos y normas de conducta propias de la organización masculina”, afirmó en entrevista Olivia Tena Guerrero, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH-UNAM).
El delito de violación se castiga en la CDMX hasta con 17 años de prisión, y aumenta si quien lo comete se vale de su cargo, además el servidor público, debe ser destituido e inhabilitado. En el caso de María, se cumplen las agravantes, pero hasta el momento no se ha hecho valer la ley.
En otra ocasión, cuando María fue a un examen médico dentro de la corporación, Francisco apareció afuera del consultorio, cuando ella salió a pedirle que detuviera su acoso, él respondió:
“¿Tú no entiendes que no te voy a dejar en paz? Tú me necesitas, yo soy tu ángel y vengo aquí a ayudarte y no te voy a dejar en paz”.
La mujer solicitó ayuda al servicio psicológico para policías pero solamente le prometieron que Francisco no sería capaz de hacerle algo grave, aunque para entonces ya la había violado. Para ese momento, ella había sido asignada a otra zona y pensó que eso significaba no volverlo a ver jamás. Pero no fue así. El 9 de octubre de 2018, Francisco agredió a otros policías que defendieron a María, en un incidente ocurrido en el IFPES y eso la convenció de denunciarlo por la violación agravada.
Al rendir su declaración, al igual que miles de mujeres en México, fue revictimizada. Modificaron su testimonio y le preguntaron por qué no se fue de la casa de Francisco o llamó a alguien.
“Él cerró la puerta y yo tenía mucho temor porque yo no sabía si tenía algún arma, o un cuchillo”, explicó.
Filtración en chats
Pocos días después de haber abierto la carpeta de investigación 01020/10-2018, su caso con datos explícitos de la violación e identidad se filtró en chats donde están miles de integrantes del cuerpo policiaco de la CDMX.
“Él [Francisco] siguió normal, yo no supe que lo hubieran suspendido, ahí en la institución somos bien pocas mujeres y es fácil identificarnos, ahí todo mundo lo supo, yo ya estoy bien señalada y etiquetada”, narró.
María envió dos cartas pidiendo ayuda, una a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad el 15 de octubre de 2018 para solicitar un alto a la filtración de sus datos personales en chats de policías. Por este mismo tipo de violación, la comisión ha registrado 19 quejas de 2012 a 2020 contra policías por divulgación de datos privados, según datos oficiales.
La segunda carta fue enviada a la jefa de Gobierno en busca de una solución pronta a su caso. Recibida y sellada el 27 de marzo de 2019, le enviaron el teléfono de una abogada de la Secretaría de las Mujeres que, a la fecha, no le ha dado respuesta. Por el contrario, este año recibió amenazas contra ella y su familia.
Por su parte, Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX, aseguró que hay 229 reportes de violencia contra mujeres policía, de los que el 40% es sobre violencia, 36% por problemas laborales y 24% por corrupción. Cuántos reportes terminaron en carpetas de investigación o sentencias, no se aclaró en la entrevista.