Nueva normalidad desde casa no siempre es un lugar seguro: BID

El teletrabajo y la teleducación obligan a contar con soluciones digitales para atender a mujeres víctimas de la violencia doméstica, así como a otros grupos vulnerables, consideraron expertos del BID.
Especial / EXPRESO.

CIUDAD DE MÉXICO.- El teletrabajo y la teleducación obligan a contar con soluciones digitales para atender a mujeres víctimas de la violencia doméstica, así como a otros grupos vulnerables, consideraron expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La nueva normalidad desde casa no siempre es un lugar seguro, ponderaron al señalar que en América Latina las estadísticas no están contando toda la historia durante la pandemia.

Mientras aumentan en promedio 50% las llamadas a las líneas de emergencia por casos de violencia doméstica, las denuncias están disminuyendo, indicaron.

De ahí la importancia de adecuar digitalmente los mecanismos de apoyo y respuesta a las víctimas de violencia para facilitar las denuncias, consideraron.

Especialistas del área de seguridad ciudadana del BID ponderaron la importancia de las innovaciones tecnológicas en tiempos de Covid-19.

Aseguraron que pueden ser una valiosa herramienta para acercar la respuesta de las instituciones de seguridad y garantizar el acceso a la justicia a las víctimas de violencia intrafamiliar.

Establecieron que dado el continuo interés de gobiernos de la región en adoptar herramientas que faciliten esta tarea, es relevante identificar opciones de tecnología disponibles para atender este desafío.

Mencionaron que algunos países de Latinoamérica ya han reaccionado para dar una respuesta contundente a esta problemática a través de mensajería celular o una ventanilla única.

Destacaron el caso de Oaxaca en México, donde se instalaron fiscalías especializadas, y durante la pandemia se han lanzado plataformas de denuncias digitales que incluye una aplicación móvil.

También los centros de justicia cuentan con una ventanilla única para el proceso de las denuncias.

En El Salvador, Guatemala y República Dominicana se abrieron líneas gratuitas y confidenciales para atender casos de violencia en el hogar.

Hicieron ver que no sólo es importante velar por la integridad de las mujeres, también por la de los niños y adultos mayores que conviven con ellas bajo el mismo techo.