Edmundo González busca asumir presidencia de Venezuela en enero
El excandidato opositor Edmundo González, reconocido por Estados Unidos como presidente electo de Venezuela, expresó este lunes su intención de regresar del exilio y asumir la Presidencia el próximo 10 de enero de 2025, desafiando al actual mandatario Nicolás Maduro y al Consejo Nacional Electoral (CNE), que declaró al oficialista como ganador de las elecciones de julio pasado.
"Esa es la idea", respondió González en entrevista con la emisora colombiana W Radio cuando fue cuestionado sobre si estará físicamente en Venezuela para la toma de posesión.
"Estoy dispuesto a asumir el mandato que el soberano venezolano me dio en las urnas", añadió, aunque evitó revelar cómo planea sortear la orden de arresto en su contra.
González, de 75 años y asilado en España desde septiembre, enfrenta una investigación penal tras divulgar actas que, según la oposición, confirman su triunfo con una proporción de 2 a 1 sobre Maduro. Aunque el CNE declaró la victoria del oficialista, aún no se han publicado las actas de votación, lo que ha generado cuestionamientos tanto dentro como fuera del país.
"La oposición asegura contar con al menos el 84 por ciento de las actas, las cuales muestran que yo fui el presidente más votado de la historia de Venezuela", afirmó González, reafirmando su compromiso con el mandato que, según él, emitió el pueblo venezolano.
El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, advirtió que González sería arrestado si retorna al país. Mientras tanto, el opositor no ofreció detalles sobre los pasos para concretar una transición de poder, pero insistió en que se trabaja en generar la presión necesaria para un cambio.
"Los costos de salida para quienes ocupan las instituciones del Estado son mayores que los de permanecer. Seguiremos trabajando para revertir esta situación", señaló.
El anuncio de González ocurre días después de que el Gobierno de Estados Unidos lo reconociera públicamente como "presidente electo", sumándose al respaldo de la oposición y de actores internacionales que han cuestionado la independencia del CNE y el Tribunal Supremo.
Maduro, por su parte, ha desestimado las peticiones de organismos internacionales, como Estados Unidos y la Unión Europea, para transparentar los resultados electorales. Observadores internacionales han denunciado irregularidades y un entorno poco favorable para unas elecciones libres y justas.
El próximo 10 de enero de 2025 podría marcar un punto de inflexión en la crisis política venezolana, con un escenario incierto que enfrenta a la oposición y el oficialismo en la pugna por el control del país.