EU empeora y Trump cambia el tono
WASHINGTON, EU.- Cada vez que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emplea un tono sobrio en sus declaraciones es que la realidad lo sobrepasa y tiene que aceptarla tal y como es.
Y este martes llegó en el tema de la pandemia de coronavirus, con un giro de dimensiones descomunales: no sólo el mandatario defendió el uso de mascarillas para evitar los contagios, sino que asumió que las cosas todavía van a ir a peor.
Los rebrotes incesantes en un país que ve cómo los contagios se multiplican y expanden sin cesar, y con las encuestas previendo resultados pésimos para Trump a falta de algo más de 100 días para las elecciones, el mandatario de la Unión Americana tuvo que asentar los pies en la tierra y ser consciente de la gravedad del asunto.
Hacía tiempo que sus asesores y aliados le recomendaban que recuperara las ruedas de prensa diarias sobre coronavirus (abandonadas desde hace semanas) para transmitir mensaje de liderazgo y control; ayer martes, solo ante el peligro por primera vez, sin ninguno de los doctores y escuderos que integran la fuerza especial para la pandemia, el mensaje no pudo ser más pesimista.
“Probablemente, desafortunadamente, irá a peor antes de que mejore. Es algo que no me gusta decir de las cosas, pero es lo que es”, dijo desde el atril de la sala de prensa de la Casa Blanca.
Trump tuvo un tono serio, lanzó datos y estadísticas, y a pesar de que siguió difundiendo datos falsos, como que Estados Unidos tienen la tasa de mortalidad más baja de ‘casi todo el mundo’ (cuando en realidad tiene la tercera más alta por cada 100 mil habitantes, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins), el rumbo fue totalmente opuesto al que la administración había mostrado hasta ahora.
Tanto que, en lugar de mantener el uso de la mascarilla como un arma política casi ideológica, Trump, que sólo la ha usado una vez en público, repitió en más de una ocasión que los estadounidenses deberían ponerse un cubrebocas siempre que sea necesario.
“Les guste o no la mascarilla, tiene un impacto. Tiene un efecto y necesitamos todo lo que tengamos”, reconoció, al tiempo que sacaba de su bolsillo la suya, con el sello presidencial, como muestra que incluso él, el más acérrimo opositor de los tapabocas, ha sucumbido a llevarla.
La mascarilla ya es, para Trump, un elemento patriótico.
“Me estoy acostumbrando a las mascarillas y la razón es, piensa sobre patriotismo. Quizá ayuda”, resumió.“Pedimos a todos el mundo que, si no es capaz de mantener la distancia, lleve mascarilla”, sentenció.
El cambio de tono es el inicio de una nueva era en el mensaje institucional que sale desde Washington sobre la situación del coronavirus y aparece cuando el país está acercándose a los peores momentos de la pandemia.
Este martes, Estados Unidos superó los mil muertos por coronavirus, según el recuento del Covid-19 Tracking Project, una cifra a la que no llegaba desde el 29 de mayo.
La situación es tan mala que incluso otros líderes políticos hasta ahora anticubrebocas, como el gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp, insistió en recomendar a la población su uso, a pesar de haber demandado a la justicia a la alcaldesa de Atlanta por tratar de obligar llevar mascarilla.
La idea que sale de las autoridades sanitarias de que con cuatro a seis semanas de uso extensivo de mascarilla se puede acabar con la propagación del virus parece que está surgiendo efecto.
Mientras las cifras de contagios y muertes siguen apilándose, un análisis de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) apuntó que el número real de personas infectadas por coronavirus en EU en primavera podría haber sido de entre dos y 13 veces mayor a lo reportado oficialmente, reforzando la tesis que la pandemia estalló en gran parte por las personas asintomáticas.
Analizando muestras de bancos de sangre en 10 regiones del país para detectar anticuerpos del coronavirus con pruebas serológicas, demostró que el número de casos real era el doble en Utah, pero 10 veces más en el Sur de Florida a fines de abril, y hasta 13 veces más en el estado rural de Missouri a finales de mayo.
En Nueva York, epicentro del brote en Estados Unidos hace unos meses, las personas contagiadas eran diez veces más que el número oficial.
Por otro lado, el Departamento de Justicia del país acusó formalmente a dos ciudadanos chinos de realizar ciberataques constantes desde hace una década a instituciones de más de una decena de países y que recientemente actuaron con el objetivo de penetrar en redes y sistemas de organismos y empresas biotecnológicas que trabajan en la búsqueda de vacunas y tratamientos para el Covid-19.
EXP/UNI/EV/JUL/2020