Jackson Oswalt, el más joven en conseguir una fusión nuclear
HERMOSILLO, SON.- El Libro de los Récords Guinness tiene una nueva cara, se trata de Jackson Oswalt, un estudiante estadounidense que horas antes de cumplir 13 años consiguió fusionar dos átomos de deuterio con un reactor que construyó en su propia casa.
Es oficial: Jackson Oswalt es la persona más joven del mundo en conseguir una fusión nuclear. Su hazaña ha sido verificada por The Open Source Fusor Research Consortium y confirmada por el investigador de fusión Richard Hull. Esto lo ha convertido en una de las estrellas de la edición de 2021 del emblemático libro.
Jackson ha explicado en el vídeo oficial de Guinness que entró en contacto con la fusión nuclear menos de un año antes de conseguir su hazaña. Dice haber encontrado de gran ayuda la información que comparte el físico nuclear autodidacta Taylor Wilson, quien ostentaba hasta este momento el récord que Oswalt ha establecido ahora.
El genio consiguió su objetivo no sin dificultades. Tras aclarar que la fusión no es lo mismo que la fisión, dado que la primera implica combinar dos cosas (en este caso, dos átomos de deuterio) y la segunda consiste en la división de un átomo, Jackson explica que él fue la única persona que tomó parte en el proyecto.
Apoyo familiar
Los padres del chico al principio no estaban muy seguros de lo que estaba haciendo; por un lado su madre comenta que comprobaba en Google muchas cosas antes de permitir que el pequeño físico continuara con el proyecto en determinadas etapas. Su padre, por su parte, admite que no sabía lo suficiente sobre el tema. Pero, finalmente, confiaron en el joven y el reactor fue un éxito.
Por estas y otras dificultades conseguir la fusión nuclear parecía una meta lejana para Oswalt. Uno de los momentos más complicados llegó cuando no pudo “lograr un vacío lo suficientemente fuerte para encender la reacción de fusión", pero el joven nunca dejó de intentarlo.
"Con perseverancia logré mi objetivo", subraya.
De hecho, solo esta etapa del proyecto le tomó medio año de trabajo.
El laboratorio que Jackson ha ido construyendo en su casa de Memphis, Tennessee, a lo largo de los años es tan complejo que ni siquiera sabe por dónde empezar a describirlo y, gracias a eso, el confinamiento por la pandemia ha sido un período muy productivo para él.
Ahora el chico tiene 15 años y, aunque hace menos experimentos, sigue aprendiendo cosas de su interés y tiene grandes planes para el futuro.