¿Qué sí y qué no puede detener los ensayos de una vacuna?
CIUDAD DE MÉXICO.- A menos de un mes de que los gobiernos de México y Argentina dieran a conocer que colaborarían en la elaboración de una vacuna contra Covid-19, en acuerdo con la Universidad de Oxford, la empresa farmacéutica AstraZeneca y la fundación Carlos Slim, trascendió que dicha vacuna se encuentra en una etapa de suspensión.
La posible cura para el virus que ya ha matado a más de 68 mil personas en México, tendrá que esperar, toda vez que se había proyectado su posible producción masiva y universalidad a mediados de 2021.
No obstante, AstraZeneca anunció el martes que voluntariamente suspende los ensayos -que están en fase tres, la última antes de ser avalada- debido a que uno de los voluntarios, en Reino Unido, desarrolló una enfermedad "potencialmente inexplicable".
Aunque el vocero de la propia compañía explicó que ésta es una acción de rutina ante los efectos, no especificados, en el paciente, aseguró que AstraZeneca investigará de qué se trata, a fin de mantener la integridad de los ensayos relacionados a la vacuna, que según lo dado a conocer por el presidente de Argentina, Alberto Fernández, tiene un precio de producción estimado entre los tres a cuatro dólares por dosis.
Por su parte, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, dijo que es muy común el protocolo que inició la farmaceútica y, agregó, todavía no está claro cuánto tiempo se detendrán los estudios.
Los posibles obstáculos para la vacuna
Luego de darse a conocer la noticia de la suspensión de las pruebas para la vacuna contra el coronavirus, el doctor y excomisionado para la influenza H1N1, Alejandro Macías, explicó mediante un video en YouTube, las posibles reacciones en los pacientes cuando se aplican este tipo de pruebas, así como las que ameritan, y no, que AstraZeneca tome esta decisión.
En primer lugar, el también académico, afirmó que hay reacciones comunes que las personas pueden presentar tras una aplicación de este tipo, las cuales son: Dolor en el sitio de la aplicación, fiebre o erupciones cutáneas. Éstas, dijo, pese a no siempre ser leves, no son causa para detener una prueba como la del Covid-19.
En cambio, planteó, una reacción que puede poner en peligro el desarrollo de la vacuna, que es que los pacientes presenten anafilaxia, es decir, tenga una reacción de hipersensibilidad o alergia grave, con la que llegue a manifestar desmayos o no pueda respirar y requieran atención médica urgente. Sin embargo, considera, por el número de pruebas que se están aplicando en este momento, es poco probable que esta sea la causa.
También, existe el síndrome Guillián-Barré, el cual se trata de una parálisis en el cuerpo que, aunque muy extraño, sí puede ameritar la suspensión de una vacuna en lo que se determina su asociación y descartan sus implicaciones.
Todos estos eventos, comentó el médico, ocurren en un periodo estimado de seis semanas posteriores a la aplicación de la inyección, pero, argumentó, los efectos secundarios de las vacunas "son un buen pago para una de las acciones de seguridad pública de mayor utilidad" y, agregó, cuando son padecimientos más graves como los antes mencionados, es "extraordinariamente raro" que se presenten.