Rafael Romo: sonorense cubriendo el conflicto Rusia-Ucrania
HERMOSILLO, Son.- Entre el deber profesional y su deseo de volver a casa, el periodista sonorense Rafael Romo lleva poco más de una semana en Ucrania trabajando como corresponsal para CNN.
Oriundo de Cananea, Romo platicó en exclusiva para EXPRESO sobre su labor periodística y la situación que actualmente está viviendo el país en guerra, en un momento en que los combates se están recrudeciendo en el oriente del país, en las regiones de Donbás y Donetsk, y con una ciudad de Mariúpol sitiada desde hace semanas.
“Hay una crisis humanitaria que se está desarrollando muy grave. Mariúpol era una ciudad de unos 400 mil habitantes. Quedan unos cien mil, y los cien mil están atrapados, sin acceso a necesidades básicas: agua, comida, medicinas, no hay electricidad. En esa parte de Europa del Este sigue haciendo frío todavía, no se ha ido el invierno, aunque oficialmente ya estamos en la primavera. La semana pasada todavía nevó, entonces imagínense la situación en la que están todas estas personas”, señaló Romo.
Sin embargo, lo peor todavía podría estar por venir, afirmó el cananeense, pues los recientes ataques del ejército ruso no han sido solamente militares, sino que ya han afectado a la población civil, con la destrucción de edificios residenciales, escuelas, centros médicos, un hospital infantil y un teatro en Mariúpol que servía de albergue para mil personas y que fue bombardeado, dejando un saldo de 300 muertos; además de las masacres en ciudades como Bucha y Borodianka.
“Hay convenciones internacionales sobre la guerra, y atacar civiles de forma indiscriminada es un crimen de guerra, y es de lo que acusa la OTAN y especialmente el gobierno de Ucrania a Rusia. Es una situación complicada, y parte de lo más complicado es que no sabemos cuándo y cómo va a terminar. Sigue siendo un país en guerra”.
(Foto: Cortesía/EXPRESO)
LA RESISTENCIA UCRANIANA SIGUE
Lejos de minar el espíritu de la población, conforme se intensifica la guerra la unidad nacional y de resistencia no solamente siguen vigentes, apuntó Romo, sino que están más fuertes que nunca, señalando que meses atrás, cuando se hablaba de una posible invasión rusa en tierras ucranianas, hubo analistas que afirmaron que la capital Kiev iba a caer en menos de 72 horas, pues el pueblo no iba a oponer resistencia.
Tras semanas de enfrentamientos, no solamente ha habido resistencia del pueblo ucraniano, sino que han logrado repeler a los rusos de regiones estratégicamente importantes como la capital del país.
“Ha quedado demostrado en las primeras semanas que, a pesar de los números, el ejército ruso está mal entrenado, cometieron errores garrafales de logística, la cadena de suministro se cortó, había tanques que no estaban recibiendo combustible, estaban utilizando comunicaciones de radio abierta, imagínense, cualquiera los podía escuchar. Si algo ha quedado claro para Occidente es que antes de la guerra Rusia era considerado el país con uno de los ejércitos más poderosos del mundo y ahora creo que la gente se ha dado cuenta de la verdad y que el ejército de Rusia, a pesar de ser numeroso, no está ni tan preparado ni es tan potente como muchos pensaban”.
Esta situación no significa que Ucrania lleve la ventaja, pues el ejército ruso sigue siendo superior en números, por lo que el pueblo en resistencia continúa clamando por la ayuda internacional.
“Los ucranianos entienden la razón por la que Occidente no se ha involucrado en forma más activa, porque eso prácticamente significaría una Tercera Guerra Mundial. Lo que ellos dicen es: 'envíenos más armas, más ayuda humanitaria. Nosotros nos encargamos de combatir a los rusos, pero envíenos todo lo necesario, porque realmente lo que tenemos es un muy poco'”, reiteró Romo.
(Foto: Cortesía/EXPRESO)
NARRANDO LOS HECHOS DESDE LEÓPOLIS
Actualmente, el sonorense se encuentra reporteando desde el lado occidental de Ucrania, en la ciudad de Leópolis, donde apenas el pasado miércoles se presentó un intento de ataque que fue frustrado por los mismos ucranianos al derribar dos misiles que iban en esta dirección, en lo que fue un ataque a cinco blancos en todo el país.
“A pesar de que el fragor de la batalla no se encuentra en este lado del país, eso demuestra que cualquier cosa puede pasar en cualquier momento. Las alarmas de ataque aéreo no dejan de sonar, esa es una cuestión de todos los días”, señaló Romo. “La primera vez que uno escucha una sirena de ataque aéreo honestamente sí te espantas, pero uno aprende a leer la situación, te acostumbras y aprendes a vivir con eso”.
Así como él, miles de residentes de Leópolis se han visto forzados a reajustarse a esta nueva cotidianidad, manteniendo el espíritu de unidad nacional y de lucha, transitando por las calles por donde lucen letreros alusivos a la guerra instando a la población a quedarse en el país y defender a su patria.
“Vi un letrero en una parada de autobús, era un gran oso que representaba Rusia atacado por un animal más pequeño representando a Ucrania, y decía: 'El que viene a nosotros con la espada, por la espada morirá'. Eso te da una idea de cómo se siente la gente. Me decía una mujer: 'es que es como cuando un ladrón viene a tu casa, y no solamente te quiere robar tus pertenencias, sino imponer su voluntad y eso no lo vamos a permitir'”.
(Foto: Cortesía/EXPRESO)
LAS HUELLAS DE LA GUERRA
Las cicatrices de esta guerra en este lado de Ucrania pueden ser no tan visibles en el aspecto físico, pero ya han dejado su huella en la economía del país, en las escuelas que permanecen cerradas y en las miles de familias que han sido separadas por el temor a los días por venir.
“Me ha tocado platicar con mucha gente que se ha quedado sin trabajo. Esto es como la pandemia otra vez, lo básico sigue funcionando, pero hay muchos negocios de que plano no. Estaba platicando con un papá que tuvo que tomar la decisión de enviar a su familia con parientes en Italia. El día que lo entrevisté era el cumpleaños número diez de su hija. Hace un par de semanas pasó un misil justo por encima del edificio residencial donde viven y cuando él vio eso dijo que no podía tener a su familia aquí, entonces al día siguiente los sacó por Polonia y tomaron un vuelo en Cracovia hacia Milán”.
Esta última historia conmovió de manera personal a Romo, pues le hizo pensar en su propio hijo de diez años, con la diferencia de que él sí pudo hacerle fiesta de cumpleaños y estar con él y abrazarlo. Separado por miles de kilómetros de su casa y de los suyos, Romo ha recibido infinidad de mensajes a través de las redes sociales pidiéndole que regrese sano y salvo.
“Soy papá, tengo tres hijos, tengo una esposa, y quiero regresar con ellos, obviamente. Ha sido realmente muy emotivo ver todos los mensajes que me ha enviado la gente en redes sociales. Gente que me ha dicho que está llorando por mí, gente que me dice que no me arriesgue. A mí mamá que, por cierto, vive en Sonora le regalaron una virgen. Me llena de emoción de que la gente esté tan pendiente. Quiero regresar, quiero estar con mi familia, no me voy a exponer innecesariamente”, afirmó el periodista que está dispuesto a contar para el mundo la realidad que está padeciendo el pueblo ucraniano.“Uno trata de caminar una línea entre encontrar la verdad, pero al mismo tiempo no exponerse innecesariamente al peligro. Y es lo que he tratado de hacer. Pero muy agradecido con gente realmente de todo el mundo, no solamente mexicanos, o estadounidenses, sino gente de toda América Latina. Gente de Ucrania también. Hasta rusos, que saben que esta guerra es una guerra equivocada, me han escrito y es muy bonito”.
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TESTIGO DE SUCESOS HISTÓRICOS
Con más de 30 años de carrera periodística, Romo ha viajado por el mundo cubriendo eventos que van desde el terremoto de Haití hasta la Copa Mundial de Futbol 2018 en Brasil. Ha entrevistado a los presidentes Barack Obama y George W. Bush, y dio testimonio de las dos visitas que el papa Juan Pablo II realizó a México. Testigo de primera mano de sucesos que cambiaron la historia del mundo, el sonorense sabe que la guerra en Ucrania será un parteaguas en la comunidad internacional.
“Esta es una noticia que sin duda alguna va a marcar el curso de la historia. Va a ser un antes y un después. Porque ya no hay forma de regresar atrás. Ya no hay forma de seguir simulando que Vladimir Putin no es una amenaza internacional. Va haber reacomodos geopolíticos, el peligro de que esto se convierta en un conflicto regional o mundial sigue ahí. Ojalá no suceda, pero no sabemos lo que va a pasar en una semana o dos. El peligro de que se utilicen armas nucleares sigue latente y es una gran preocupación. El mundo va a recordar cómo era Europa del Este, cómo era Europa en su totalidad antes de la invasión y después de la invasión”.