Indígenas y discapacitados ganan menos que el resto
El estudio consideró a personas entre 25 y 54 años, ocupadas en el país, remuneradas o asalariadas que trabajan jornada completa y con empleo formal.
Para la población indígena, el vivir en una localidad rural reduce la probabilidad de participar en el mercado laboral en 12.5 por ciento con respecto a quienes viven en una localidad urbana; y ser mujer la reduce en 40.2 por ciento respecto a los hombres.
Por otra parte, la población con una discapacidad del habla reduce su probabilidad en 19.3 por ciento de incorporarse al mercado laboral y tener una condición mental en 28.4 por ciento respecto a quienes tienen otro tipo de discapacidad.
Finalmente, para la población en una relación del mismo sexo resalta que la probabilidad de participar en el mercado laboral es muy similar entre hombres y mujeres, situación que no se ve en las parejas en una relación heterosexual.
Para las personas que se consideran indígenas, se observa que se tiene una probabilidad de participar de alrededor del 90 por ciento cuando se es hombre en una localidad urbana. Sin embargo, la probabilidad se reduce hasta 35 por ciento cuando se trata de una mujer en una localidad rural.