Adultos mayores viven entre chinches y un trato deplorable en “Villa Paraíso”
HERMOSILLO, SON.- Duermen entre chinches, no tienen servicio médico, cuentan con mala alimentación, los ponen a trabajar bajo los rayos del sol, les cortan el oxígeno que necesitan; las condiciones que a diario viven los 25 adultos mayores que se encuentran en el centro de atención integral para adultos mayores “Villa Paraíso”, ubicado al sur de Hermosillo, son cada vez más deplorables.
Según la investigación realizada por EXPRESO, las condiciones de higiene, de control y cuidado de los adultos mayores no son las adecuadas, debido a que existen muchas irregularidades en el lugar; cabe mencionar que dentro del albergue aproximadamente el 95% de los pacientes tiene problemas psiquiátricos, y el 5% está catalogado como mentalmente funcional.
Mala higiene
A pesar de que en varias ocasiones se le ha comunicado al director del asilo “Villa Paraíso”, Francisco Javier Franco Bórquez, sobre la plaga de chinches, este ha hecho caso omiso para mejorar las condiciones de higiene en las instalaciones, pues se ha negado a renovar colchas, colchones, sábanas; o tumbar estructuras que se encuentran rasgadas.
Las chinches les han ocasionado llagas con sangrado y deterioro en la piel ubicados en el rostro, cuello, brazos y manos; y mientras unos tienen servicio médico, otros se quedan con la esperanza de que puedan ser atendidos de sus heridas.
En ocasiones, los abuelitos y abuelitas amanecen con sus sábanas y ropa ensangrentada por las perforaciones que los insectos hacen en su piel.
Por otra parte, se sabe que los propietarios y fundadores del asilo “Villa Paraíso”, quienes también están a cargo de “La ciudad de los niños”, están enterados de cada una de estas irregularidades y aun el maltrato que se otorga en el asilo.
Pese a ello, continúan laborando desde hace cuatro años, y además solicitando donativos, principal represalias por parte de los propietarios; el lugar cuenta con sólo dos cuidadores en la mañana y uno en la tarde para los 25 abuelitos, una enfermera y una asistente de enfermera.
Estos últimos, en ocasiones terminan aportando de su salario para brindar comida decente por lo menos una vez a la quincena.
Además, algunos de estos trabajadores cuentan con un salario de entre 2 mil a 2 mil 400, sin recibir algún recibo, cheque, depósitos de tarjeta como comprobante de pago; tampoco cuentan con identificación como trabajadores del asilo y los uniformes cada quien debe mandarlos a confeccionar, con el poco salario que perciben.
Por otra parte, testigos afirman y califican que también la forma en la que tratan a estos trabajadores es inhumana, ya que han presenciado regaños y amenazas por parte del director que no les otorga material suficiente por ahorrarse dinero, sin importar las carencias que se padecen.
Trato inhumano
Si bien los trabajadores no son los más afectados, según testigos, los abuelitos que sufren descuidos, como caídas, obtienen solamente atención médica por sus familiares de forma externa, tal es el caso de una anciana que en días pasados tuvo una caída y quedó muy lastimada, con moretones e inflamación en el rostro, por lo que fue sacada
para ser atendida en otro sitio porque el lugar no pudo hacerse cargo.
O está el caso especial de don Panchito, que, a causa de su caída se le formó un coágulo en la cabeza, y lamentablemente murió por no tener la atención médica adecuada.
Es así que mucho de los testimonios afirman temer por la vida de los pacientes, ya que consideran que,
en caso de una emergencia médica nocturna, esta puede ser fatal.
Sospechan de abuso sexual
El caso de doña Maggie, de 48 años de edad y la menor del asilo, podría ser uno de los más graves, pues padece retraso mental, no puede hablar, así que se comunica con ruidos; pero lo grave es que se presume que pudo haber sufrido abuso sexual, puesto que en una de sus prendas íntimas fue detectado lo que pudo haber sido líquido seminal.
Alimentación El centro de atención integral cumplió cuatro años el 20 de diciembre de 2021, se encuentra ubicado en bulevar Cimarrón Oriente, a espaldas de la clínica 68 del Seguro Social, el cual sigue recibiendo donaciones, apoyo, cooperaciones, cheques y dinero de los familiares.
Aun así, la dirección otorga 2 mil pesos a la semana para comprar alimentos para 25 personas; por la mañana una porción pequeña de huevos con jamón, salchichas o chorizo; una colación de caldo que puede ser comida donada, 1 taza de café con tres galletas pequeñas como almuerzo y una cena que consta de tacos de frijol.
Hasta el momento, instituciones como la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Sonora (Coespris), Jurisdicción Sanitaria o la Procuraduría de la Defensa del Adulto Mayor del Estado de Sonora (Prodeama) no han indagado lo suficiente como para saber que en la capital de Sonora hay adultos a los que no se les respeta, que se aprovechan de sus condiciones a costa del enriquecimiento de los involucrados; pero, sobre todo, que están en peligro de muerte.