Podcast Expreso | Episodio 1 | Buqui Bichi busca ir más allá del 'Tap Room'
Lotes pequeños, caseros, sólo para consumo personal y no tan logrados, fueron los primeros resultados que Ramón Osuna, socio fundador de Buqui Buchi, obtuvo al iniciarse en la fabricación artesanal de cerveza.
Para ese entonces, ciudades norteamericanas como San Diego o Denver, por ejemplo, ya tenían un extenso camino recorrido en la comercialización de cerveza artesanal, desarrollando todo tipo de establecimientos, productos y experiencias alrededor de la popular bebida.
Lotes pequeños, caseros, sólo para consumo personal y no tan logrados, fueron los primeros resultados que Ramón Osuna, socio fundador de Buqui Buchi, obtuvo al iniciarse en la fabricación artesanal de cerveza.
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"En Colorado empecé a escuchar más sobre la cerveza, a conocer sobre los estilos, y me di cuenta que la gente la hacía en su casa. Investigué, compré un equipo, me prestaron algunas cosas y empecé a practicar, a fabricar cerveza de manera casera", recordó.
Luis, su hermano, al ver lo que estaba haciendo Ramón, se interesó en el tema y actuó en consecuencia, sólo que en Hermosillo:
“En ese tiempo nos dimos cuenta que podíamos hacer algo interesante en nuestra ciudad; empezamos a averiguar qué había en otros estados... ya había algo en Tijuana y en Monterrey”.
Los Osuna no perdieron tiempo en empezar a construir su sueño: la idea de elaborar un plan de negocios se dio de manera natural y casi inmediata, a la par del proceso de investigación y producción.
“A lo mejor tenemos una oportunidad", se decía Luis, y de las ideas y largas horas de arrastrar el lápiz, nació un documento formal con las expectativas de los productores y la manera de hacerlas realidad.
El primer lote casero fue elaborado en 2013. Para 2014, las actividades principales de la incipiente microcervecería girarían en torno a la exploración del mercado, razón por la cual el dúo de emprendedores se sensibilizó aún más en el tema.
"Hicimos un estudio de mercado informal, asistimos a conferencias y convenciones, leímos libros, platicamos con muchas personas para tratar de aterrizar el plan de negocios a algo más real", señaló Luis.
El contexto de la cerveza artesanalLa industria de la cerveza artesanal estatal, cuando los primeros lotes de Buqui Bichi Brewing estaban en gestación, era, prácticamente, inexistente; así también en 2016, cuando inició la primera operación en el Bulevar Kino.
"No había conocimiento más allá de un cierto grupo de gente que hacía cerveza en su casa, los expertos, por decirlo de alguna manera", concordaron los hermanos.
El entorno nacional prometía, varias productoras artesanales se estaban consolidando; algunas, incluso, ya estaban sumándose a las filas de las grandes firmas, como Cervecería Cucapá, adquirida en 2015 por la multinacional belga AB InBev.
"En ese momento era un nicho de mercado muy pequeño, con algunas propuestas dirigidas a un mercado muy limitado. Nos tocó dar a conocer no nada más nuestro producto, sino lo que había en esta industria, a diferencia de hoy que hay varias cervecerías y un conocimiento más amplio", comentó Luis.
Ser diferentes, la metaLos empresarios sonorenses confiesan que nunca ha estado en el "business plan" competirle a las grandes marcas, sino encontrar un nicho propio, como categoría de producto de cerveza artesanal.
“Lo que creíamos que iba a salir y sí salió, fue la aceptación de la gente de un producto que antes no habían probado”, señaló Luis, esto permitió que, con base en el éxito a corto plazo que tuvo el primer centro de consumo que abrieron en el Bulevar Kino, antes de abrir un segundo, en el Bulevar Navarrete.
Desde el principio se buscó inversionistas para crear un negocio formal, se creó una razón social para hacerlo todo ordenadamente, cumpliendo con todo, comentaron los fundadores, peor no todos estaba preparados para Buqui Bichi Brewing, como era de esperarse.
"Lo primero más difícil fue conseguir la licencia de operación para fabricante de bebida alcohólica en el Estado, el único permiso que había era muy caro, valía más de un millón de pesos".
Para resolver el problema, se tuvo que presentar una iniciativa de reforma a la Ley para que se incluyera el concepto de fábrica de cerveza artesanal, lo cual ha resultado beneficioso para todos los productores.
Lazos con el consumidorLo que no estuvo contemplado desde un inicio fue el éxito de los "tap room", los centros de consumo anteriormente mencionados, ya que si bien es cierto que el plan de negocios establecía incrementar la capacidad de producción paulatinamente, no así los lugares propios en donde se consumiría el producto.
“Fue una agradable sorpresa que se despertó el interés de terceros por replicar la experiencia del 'tap room' en diferentes partes de Hermosillo y, ahora, ya estamos fuera de Sonora. Son dos negocios que están interrelacionados, pero son completamente diferentes”, apuntó Luis.
Por su parte, Ramón comentó que el "business plan" establecía que el grueso de las ventas se daría en canales independientes, ya sea en restaurantes o supermercados; sin embargo, en la práctica, el "tap room" se ha vuelto parte importante para la comercialización de la cerveza que se produce.
“Es una estrategia sorpresiva porque no era el plan original, pero es hacia dónde vamos”.
Además de cuatro centros de consumo en Hermosillo (Kino, Navarrete, Hidalgo y Morelos), hay uno nuevo en Culiacán, Sinaloa, y uno más en construcción en Chandler, Arizona, mientras que otros tantos proyectos fuera de Sonora se encuentran en situación de análisis.
"El 'tap room' (la taberna propia) permite acercarnos de manera directa a los clientes porque les da una experiencia distinta a tener una lata en un supermercado", añadió Ramón, mientras que Luis considera que los "tap room" se han convertido en el mejor camino para compartir la experiencia completa, donde es posible platicar la historia de cada una de las cervezas, y el cliente puede probar y experimentar.
“Nos gusta la combinación del 'tap room' con la distribución por otros canales, por anaquel o por otros restaurantes. Sí vemos gran oportunidad de poder hacer llegar nuestra cervezas a los distintos lugares donde pudiéramos abrir otros establecimientos".
Asimismo, Ramón explica que los "tap room" se han convertido en el punto de reunión de quienes se reúnen con sus amigos, con sus compañeros de trabajo, con sus familias, y luego se vuelven clientes habituales.
“Muchos de nuestros clientes han hecho de Buqui Bichi su marca, eso nos compromete, pero también nos da mucho gusto, nos enorgullece. Comenzamos compartiendo estilos de cerveza, ahora compartimos los momentos especiales de la gente, el cumpleaños, el festejo, la boda, la despedida, eso nos llena de emoción y de orgullo”, manifestó Luis Carlos.
El orgullo de ser de SonoraBuqui Bichi es nuestra cheve, la cheve de la región y, ahora, con la incursión en Estados Unidos, hay retos que están listos para afrontar.
“Ya tenemos algo de tiempo haciendo nuestros pininos en Estados Unidos, previo a la pandemia ya teníamos una distribución limitada a Tucson; tenemos un año distribuyendo cerveza en el área de Phoenix y de Tucson”, puntualizó Luis.
Los empresarios tienen varios años asistiendo a festivales, conocen ya la respuesta de la gente: el que toma cerveza artesanal es alguien que le gusta salirse de lo convencional y eso es una ventaja para nosotros, porque México es reconocido por su cerveza.
El mensaje para los clientes de allende la frontera es que somos mexicanos que sabemos hacer muy buena cerveza, con una propuesta artesanal sonorense que va a llegar a tu casa en Arizona.
Por otra parte, operativamente hablando, están trabajando en resolver el reto de mover cerveza más allá de los "tap room". Son procesos complicados que requieren grandes inversiones.
“Tú quisieras llenar un anaquel y que al siguiente día ya estuviera vacío, y no es así, porque somos un producto de nicho, todavía muy caro. El reto constante es cómo podemos agilizar la rotación de nuestro producto más allá del 'tap room'. En un anaquel en Hermosillo resaltamos, porque somos la cervecería local, pero si ese anaquel está en Ciudad Juárez, a menos que estés muy enterado de la cerveza artesanal, seríamos una cerveza más. Ahí está el reto”, puntualizó Luis.
Premio a nivel nacionalComo en muchas industrias, en la cervecera también se hacen competencias en todo el mundo. La cervezas se evalúan por categoría, por estilos y, en la última competencia, participaron 50 categorías o más en México y todas las cervezas se evalúan según su categoría por jueces certificados en un proceso anónimo, es decir los jueces no conocen la marca del producto que evalúan.
En la ultima competencia desarrollada en la Ciudad de México, Buqui Bichi obtuvo medalla de oro en tres cervezas, una más ganó plata y una más bronce, por este resultado fue declarada la Mejor Cervecería de México.
En México, el evento más importante es Cerveza México que se lleva a cabo en CDMX, por ello este premio es el galardón más importante al que pueden aspirar y obtener en el país.
“Los fabricantes de cerveza artesanal son una comunidad, vemos a la competencia de una manera diferente a cómo se ve en otras industrias. En esta industria con cada nuevo jugador hace que crezca el mercado para todos, por ello se ha generado una camaradería donde el objetivo es dar a conocer nuestros productos, porque esto es beneficio para todos, no se trata de ganar una rebanada más grande del pastel, sino de hacer que el pastel sea más”.
Por eso hacen festivales de cerveceros para cerveceros y establecen alianzas de colaboración entre cerveceros con diferentes fábricas.
Además Buqui Bichi ha encontrado nuevos nichos para dar a conocer sus productos en eventos masivos, así se fabricó la Cerveza oficial de los Rayos de Hermosillo y la cheve oficial del Festival del Cheff, “con ello contribuimos a seguir ampliando el mercado”.
En el 2023, el sábado 11 de febrero repetirán el Festival de la Cerveza del Desierto de Sonora, la idea es reunir a más de 50 cervecerías sonorenses y de fuera, con participación de empresas de Arizona.
Este festival será una competencia, con su respectiva entrega de copa cervecera. Este tipo de competencia es una oportunidad de retroalimentación con jueces certificados que evaluarán la categoría de las cheves.