Capirotada, postre típico de Cuaresma
En épocas de Cuaresma en Sonora, es común llegar a casa y probar un plato de capirotada, acompañado por un vaso de leche, y percibir ese sabor complejo y a la vez familiar, con notas de dulzura, especias, frutos secos y queso que se combinan para crear una experiencia única en cada bocado. Sin embargo, este delicioso postre, tal y como se le conoce actualmente, no siempre fue un platillo tradicional relacionado con estos días.
Origen de la capirotada
La primera versión de la capirotada, denominada "Almodrote", data de 1477 y se encuentra en el libro de cocina de Roberto Nola. Consistía en rebanadas de pan tostadas y remojadas en caldo de carnero, alternándose con otras de carne de perdiz asada.
En 1780, el Fray Gerónimo de San Pelayo popularizó una variante más cercana a la actual, que prescindía de la carne y se componía de capas de pan, queso y aderezo.
No fue hasta la década de 1940 que se empezó a considerar oficialmente como un platillo de vigilia; en los estados de Sinaloa, Sonora y Nuevo León, es un postre típico, aunque se pueden encontrar variantes en otros lugares de México.
Capirotada y la Cuaresma
La unión de la capirotada y la Cuaresma se remonta a la época colonial de México durante la colonización española. La Cuaresma es un período de cuarenta días que antecede a la Semana Santa, caracterizado por la reflexión espiritual, penitencia y abstinencia de ciertos alimentos en la dieta.
Durante este tiempo, los católicos se abstienen de ingerir carne los viernes y realizan sacrificios como preparación para la celebración de la resurrección de Jesucristo en la Pascua. La capirotada, con ingredientes como pan, piloncillo, pasas y nueces, se convirtió en un alimento popular durante la Cuaresma, cumpliendo con los requisitos de abstinencia.
Símbolos gastronómicos
La capirotada se ha convertido en un alimento emblemático de la Cuaresma, ya que muchos de sus ingredientes tienen un simbolismo religioso conectado con la narrativa de la Pasión de Cristo. El pan viejo refiere al cuerpo de Cristo un poco desmejorado, mientras que la miel asemeja su sangre. La canela alude a la madera en la cual fue crucificado, los clavos al material que se utilizó para ponerlo en la cruz y el queso a la manta blanca con la cual se cubrió. Otros ingredientes, como las chispas de sabores, los frutos secos o el coco rallado, son más contemporáneos y se agregan según la preferencia del cocinero.
RECETA PARA LA CAPIROTADA
Ingredientes
- 10 piezas pan birote
- 5 tortillas de maíz del día anterior (según el tamaño del recipiente)
- 150 grs de nueces
- 100 grs de ciruela pasa
- 100 grs de pasitas
- 100 grs de cacahuate en mitades
- 100 grs fruta seca picada
- 2 plátanos machos en rebanadas y fritos
- 200 grs queso fresco o panela en cubos
- 1 naranja para rallar la cáscara
- 5 piezas de piloncillo
- 2 rajitas de canela
- 1 barra de mantequilla
Preparación
- Corta el pan en rebanadas de aproximadamente 2.5 cm de grosor y tuesta ligeramente el pan y unta la mantequilla.
- Coloca las tortillas dentro de un molde para hornear, asegurándote que éstas cubran tanto el fondo como los lados del mismo para evitar que el cocimiento sea directamente sobre el pan.
- Prepara la miel dejando en proceso de ebullición al piloncillo en 5 tazas de agua. Agrega las rajas de canela, una cascarita de naranja y una pizca de sal.
- Ordena las rebanadas de pan sobre las tortillas en el molde. Hazlo en capas o "tandas" y sepáralas un poco porque se expandirán. Añade sobre cada capa nueces, ciruelas, pasas, cacahuates y la fruta seca picada.
- Reparte el queso en la capa final y algunas ralladuras de naranja. Vierte la miel permitiendo que las capas se humedezcan poco a poco.
- Hornea a 180 grados celsius durante 30 minutos.