Sequía prolongada pone en jaque al Valle del Yaqui

Luis Cruz, presidente del Distrito de Riego del Río Yaqui, informó sobre la pérdida inminente de aproximadamente 170 mil hectáreas de tierras de cultivo en el Valle del Yaqui.
170 mil hectáreas de tierras de cultivo en el Valle del Yaqui están en riesgo. (Foto: Especial)

La escasez de agua está poniendo en jaque al sector agrícola de Sonora. La prolongada sequía ha reducido drásticamente los niveles de los embalses de la región, dejando a los agricultores con escasos recursos hídricos para sus cultivos.

Luis Cruz, presidente del Distrito de Riego del Río Yaqui, informó sobre la pérdida inminente de aproximadamente 170 mil hectáreas de tierras de cultivo en el Valle del Yaqui, una de las zonas agrícolas más productivas del estado. La disminución de las precipitaciones ha obligado a los agricultores a depender cada vez más del agua subterránea, un recurso que se está agotando rápidamente.

Las consecuencias de esta crisis van más allá del sector agrícola. Se estima que la reducción de la producción agrícola podría ocasionar la pérdida de empleos y una contracción económica de hasta 15 mil millones de pesos en la región. "Esta es una situación sin precedentes", afirmó Cruz, quien comparó la gravedad de la sequía con los eventos de 2003 y 2004.

Para hacer frente a la escasez de agua, los agricultores están optando por cultivos que requieren menos agua, como el cártamo, el garbanzo y la canola. Sin embargo, estos cultivos suelen tener menores rendimientos económicos en comparación con los tradicionales, como el trigo y el maíz.

La crisis hídrica en Sonora es parte de un fenómeno más amplio que afecta a otros estados del noroeste de México. La disminución de la producción agrícola en la región podría generar un aumento en los precios de los alimentos a nivel nacional.

Ante esta situación, las autoridades locales y estatales están implementando medidas para apoyar a los agricultores afectados y buscar soluciones a largo plazo. Sin embargo, expertos advierten que la región deberá adaptarse a una nueva realidad climática caracterizada por eventos extremos como sequías más frecuentes e intensas.