Delincuencia juvenil no acabará aumentando las penas: José Ávila
El Presidente de la Comisión de Superación del Ejercicio Profesional considera, que el encarecer las penas para los menores infractores no es la solución a la delincuencia juvenil que enfrenta el país, ya que faltan programas de reinserción social más efectivos y oportunidades de crecimiento para los jóvenes.
José Manuel Ávila Valenzuela dijo, que el problema de delincuencia en menores no es privativo de Sonora, ya que, las penas máximas que se les impone a los menores por cualquier delito son de cinco años o se deslindan del problema con mayor facilidad y esta condición es aprovechada por la delincuencia organiza y no organizada.
Sin embargo, expuso que el encarecer las penas no son la solución al problema de delincuencia juvenil que no sólo enfrenta Sonora sino todo el país.
“Es un problema que se esta presentando en todo el país, ya que, si ellos comenten un delito de: homicidio, secuestro, privación ilegal de la libertad o delincuencia organizada al marguen de ello, sólo les puede dar una pena máxima de cinco años”, detalló.
El también abogado detalló que la solución esta en invertir más recursos en materia de prevención del delito y mejores estrategias en los programas de reinserción social dentro del Instituto de Tratamiento y de Aplicación de Medidas para Adolescentes (Itama) en Sonora, aunado a oportunidades de crecimiento tanto en el ámbito personal como laboral.
“No se cumplen con todos los parámetros para poder reinsertarlo a la sociedad, tendríamos que ser más cuidadosos sobre: cómo vamos a trabajar con menores de edad y que el día de mañana se convierta en un adulto productivo, que tenga una familia, pueda sacar la tarea y no se conviertan en reincidentes”, expuso.
Ávila Valenzuela dijo, que para evitar que los jóvenes sean recluidos en Itama por cometer un nuevo delito es necesario que el estado mexicano actué con mayor cuidado para evitar que se de ese circulo vicioso.
Dentro de los delitos más recurrentes entre esta población se encuentra: robo en sus distintas modalidades, por la falta de solvencia económica, la falta de supervisión por parte de los padres porque están separados o sufren algún de violencia intrafamiliar en sus hogares.
“Estos factores los hace tierra fértil para que la delincuencia organizada y no organizada se apodere de esos menores de edad”, dijo el litigante.