eSOS | Un maguey pequeño de clima extremoso

HERMOSILLO, SON.- La gran demanda que tiene como planta de ornato al poseer una gran belleza, es una de las principales causas por las que actualmente el Agave parviflora se encuentra dentro de la categoría de amenazada (A) en la NOM-059-SEMARNAT-2010.

Conocida también como agave tauta, es una de las especies más pequeñas de la familia de los agaves y es endémica de los estados de Arizona en Estados Unidos y en México está presente en Sonora y una parte de Chihuahua.

En el caso de Sonora se distribuye principalmente en la zona serrana, en los municipios de Moctezuma, Mátape, Nácori Chico, Huásabas, Yécora y Huachineras.

Norma Cruz Molina, subdirectora del área de Conservación de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (Cedes), mencionó que es la gran demanda que tiene, lo que hace que esté en esa categoría de la Norma Oficial Mexicana.

"Parte de que el Agave parviflora aparezca como una especie amenazada dentro de la norma 059 de Semarnat, es porque es muy solicitada, porque es muy bonita y además es muy pequeña y entonces puede ponerse en cualquier lugar", expresó.

Cruz Molina detalló que el Agave parviflora es una de las 30 especies de agaves que hay en Sonora, de las 150 que se estima, hay en todo el territorio mexicano.

Especie que dijo, también se ha visto amenazada por el cambio de uso de suelo en su hábitat, principalmente en el rubro agropecuario, toda vez que tanto en los campos agrícolas, como en las áreas destinadas para la ganadería, hay desmonte de flora.

De igual manera ha afectado enormemente la construcción de caminos y carreteras, ya que se invade el hábitat de la especie en mención.

Otro de los factores que suman de manera negativa a que esta pequeña especie de agave se encuentre amenazada, son los incendios forestales, sobre todo durante el verano.

La naturaleza misma de esta planta también abona a dicha situación, pues dicho por la ecóloga, su crecimiento es muy lento. También puede tener una reproducción asexual, es decir a determinada edad su espiga da una especie de hijuelos.

Su floración es después de los seis años de edad y solamente una vez por año, para morir a los tres o cuatro años. Si se le corta la espiga puede llegar a vivir hasta 20 años.

"Debemos de cuidar esta planta porque el impacto que tiene la extracción en su hábitat es muy grande y muchas veces irreparable, ya que tarda muchos años en crecer", apuntó.

La subdirectora del área de Conservación del Cedes agregó que hay ocasiones en que la planta pasa por un proceso de estrés que le impide dar flores y, es entonces cuando produce unos jiotes en la espiga que se le llaman hijuelos.

Cruz Molina informó que dentro de los grandes polinizadores de los agaves en Sonora están algunos insectos, pero principalmente dos especies de murciélagos.

"La gran resistencia que tiene el Agave parviflora a los climas extremos es quizá una de las cualidades naturales que le ha permitido sobrevivir, ya que soporta altas temperaturas, pero también temperaturas muy frías", refirió.

Raúl Molina Ocampo, director de Planeación Ambiental del Cedes, agregó que otro de los aprovechamientos que hace algunas décadas se le daba al Agave parviflora por las etnias mayo y guarijío es la producción de un tipo de mezcal.

Bebida que evidentemente se hacía de manera artesanal por integrantes de esas dos etnias del Sur de Sonora y evidentemente de forma clandestina, ya que nunca ha habido autorización para la producción de ese destilado.

Sin embargo, Molina Ocampo dejó en claro que esa utilidad no se puede llevar a cabo ya que se trata de una especie protegida por la norma 059 de Semarnat.

• Tiene una forma de roseta de alrededor de 20 centímetros de altura.
• Realiza la fotosíntesis de noche para no perder agua.
• Soporta temperaturas extremas propias de la región.
• Se puede obtener una especie de mezcal, pero como es pequeña no es muy redituable.
• Cuando se siente estresada en lugar de florecer produce hijuelos.