Escasez de alimentos en Acapulco desencadena escenas de tensión
En el asentamiento de Coloso, Piedra Roja, en Acapulco, la desesperación se convierte en el motor de una escena que refleja la cruda realidad de muchas familias.
Un comercio se convierte en un punto de conflicto y supervivencia para cientos de personas que luchan por subsistir en condiciones adversas que dejó el paso del huracán Otis.
Alrededor de 600 personas se congregan en los alrededores de un establecimiento, en busca de comida y agua, elementos fundamentales para su supervivencia. El comercio, a falta de otras fuentes de abastecimiento, se convierte en su única esperanza.
Sacos de sorgo, maíz y frijol
La situación alcanza su punto álgido alrededor de las 17:00 horas del domingo, cuando varias familias ingresan al local, tomando sacos de sorgo, maíz y frijol, los productos más abundantes en ese momento.
Mientras tanto, trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad realizan labores para restaurar el servicio de luz en la zona, sin poder detener la tensión que se respira.
En menos de una hora, el establecimiento queda completamente vacío. Sin embargo, para los pobladores, esta adquisición no representa una solución sostenible. El sorgo y el frijol obtenidos apenas alcanzarían para cubrir las necesidades más básicas durante dos días.
Lucen desolados
En un desolador panorama, los comercios en el puerto de Acapulco lucen vacíos y en pésimas condiciones. Un recorrido realizado por el equipo de EXPRESO revela estructuras colapsadas y el desagradable olor de productos descompuestos, evidencia de la precaria situación en la que se encuentran.
La comunidad de Acapulco se ve desprovista de comercios operativos, obligando a los residentes a desplazarse a poblados ubicados a una hora de distancia en busca de alimentos.
La situación refleja un escenario crítico en el que las necesidades básicas se convierten en una lucha diaria para estas familias afectadas.