Pobladores de Acapulco suben a puentes para poder tener conexión a internet

El emblemático puente del bulevar de las Naciones, conocido como “El Puente de la Colosio”, se transforma en un bastión de comunicación para la comunidad. Es el lugar de encuentro donde muchos se congregan en busca de cobertura para realizar llamadas o conectarse a internet.
El Puente de la Colosio. (Foto: Polet Ruano / EXPRESO)

En Acapulco, la búsqueda de conexión se convierte en una odisea para los residentes que luchan por comunicarse y acceder a servicios vitales. Los puntos de acceso se tornan escasos y la desesperación se hace evidente en cada intento por establecer una comunicación.

El emblemático puente del bulevar de las Naciones, conocido como 'El Puente de la Colosio', se transforma en un bastión de comunicación para la comunidad. Es el lugar de encuentro donde muchos se congregan en busca de cobertura para realizar llamadas o conectarse a internet.

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"Es imposible comunicarse"

Una realidad cruda se materializa: la imposibilidad de comunicarse con familiares y seres queridos para asegurarles que se encuentran a salvo.

"Es extremadamente complicado hacer una simple llamada para informar a mi familia que estoy bien. Sabemos que hay áreas con mejor señal, pero el problema es que no podemos desplazarnos; carecemos de gasolina para nuestros vehículos", comentó Raúl Molina, reflejando la lucha diaria que enfrentan para mantener el contacto con sus seres queridos.

Sin transporte

El Puerto de Acapulco enfrenta otro desafío significativo: la limitada operatividad del servicio de transporte. Los pocos transportistas en actividad cobran tarifas desproporcionadas, elevando el costo de los viajes hasta cincuenta pesos, un monto muy por encima de los precios habituales.

Esta situación agrava la dificultad de movilidad para trasladarse a otras comunidades en busca de ayuda. La escasez de combustible es evidente, obligando a los habitantes a viajar hasta la capital, Chilpancingo, en busca de abastecimiento para sus vehículos.

A pesar de la difícil situación, la comunidad no pierde la esperanza de una pronta restauración de los servicios. No obstante, los suministros de alimentos disminuyen a medida que pasa el tiempo, generando una preocupación constante por la disponibilidad de recursos básicos para su subsistencia. En un entorno desafiante, la población muestra resiliencia, esperando ansiosamente el retorno de servicios fundamentales para su cotidianidad.