Le hace vivir Covid sus peores temores
CIUDAD OBREGÓN, SON.- Confiado en los protocolos sanitarios que religiosamente seguía dentro y fuera de la clínica del IMSS donde labora, Kevin Zárate, médico general cajemense, viajó el pasado mes de noviembre a la ciudad de Guadalajara a realizar un examen de su especialidad en psiquiatría; lo que nunca imaginó es que regresaría con Covid-19 y peor aún, infectaría a su padre.
“El mayor miedo que tenía era que él se pusiera grave por ser una persona mayor, y porque a mi experiencia, el virus responde de maneras muy distintas; esa preocupación aún la tengo después de superar el Covid”, compartió el doctor de 26 años, egresado de la Universidad Autónoma de Baja California.
En exclusiva para EXPRESO, narró cómo los síntomas no fueron tan notorios en su familia, sin embargo, sí dejaron secuelas que apenas están dejando atrás.
“Mi padre es médico ginecólogo de 65 años y ya está jubilado. Y se enfermó por cuidarme a mí, era quien se encargaba de dejarme las comidas y llevarme a consulta. Le tocó la suerte de ser asintomático, tos y ligera gripa; a él sí le quedó una secuela que le duró un mes más. Yo el único problema que presenté fue fatiga durante un mes y medio después de superarlo”, agregó el galeno.
Hace dos años inició labores en la Unidad de Medicina Familiar #17 ubicada en Villa Juárez, a unos 40 minutos de Ciudad Obregón, en donde atiende en un pequeño consultorio general a alrededor de 24 pacientes por día, de los cuales, en esta última ola de contagios de principios de mes de enero, llegó a atender hasta 7 pacientes con sospecha de síntomas por Covid-19, cuando antes llegaban no más de 4 casos semanales.
Como una forma de protegerse a él y sobre todo a su familia, el doctor Kevin ha endurecido los protocolos que sigue cuando se encuentra en consulta, luego que a pesar de ser un consultorio de medicina general llegan muchas personas con síntomas Covid que no toman en cuenta por pensar que es una gripe ordinaria.
“Pasa mucho cuando me tocan pacientes de consulta mensual que ya cuando están en consulta avisan de sus síntomas. Esos casos se ven en urgencias, por lo que cuando ya están ahí, me comunico con el doctor en turno y los paso al área debida sin realizar algún chequeo”.
Por lo anterior, el miedo a un segundo contagio ha cambiado considerablemente la manera en que trabaja, pues asegura no quisiera volver a pasar un mes encerrado en casa y con la carga de ser culpable de infectar a su familia nuevamente.
“Yo sé que no tengo factores de riesgo para que me ataque fuerte, pero a veces parece que es suerte porque he conocido casos de personas jóvenes y sanas, que no lo vencen; y también de adultos mayores con diabetes o hipertensión que salen adelante. Es un duelo aparte estar con la enfermedad encuarentenado; definitivamente no quisiera volver a pasarlo”, dijo.