Miedo, ansiedad y estrés: esto experimentan los niños con autismo por pirotecnia decembrina

En épocas de fiestas decembrinas, el miedo, la ansiedad, el estrés e ira son algunos de los síntomas que experimentan los niños que sufren del Trastorno del Espectro Autista (TEA) al escuchar el estruendo de fuegos artificiales.
Foto: Cortesía.

NAVOJOA, SON.- En épocas de fiestas decembrinas, el miedo, la ansiedad, el estrés e ira son algunos de los síntomas que experimentan los niños que sufren del Trastorno del Espectro Autista (TEA) al escuchar el estruendo de la pirotecnia y fuegos artificiales.

Miriam Ceballos Duarte, maestra del Centro de Atención Múltiple Estatal número 4, (CAME), de Navojoa, indicó que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo que en la actual versión del manual de los trastornos mentales, se caracteriza en niveles 1, 2 y 3 (leve, moderado y grave)

“Una de las características del TEA es que presentan trastorno del procesamiento sensorial y pueden presentar hiposensibilidad (sentir poco o no sentir nada), pero en su mayoría presentan hipersensibilidad (exageradamente sensibles) y por tal motivo su audición se ve afectada”, explicó Ceballos Durarte.

Dijo que algunos sonidos, específicamente el estruendo de la pirotecnia suelen molestarles o irritarles, provocando en ellos miedo, ansiedad, estrés e ira.

“Imaginense escucharlo intensificadamente, cuan molesto será y por tal motivo al no poder regular ese sonido ni cubriendo sus oídos, su frustración hace que se eleve la ansiedad y se vea manifestado en su conducta, griten, lloren y hasta lleguen a auto lesionarse o agredir a los demás”, comentó.

Ceballos Duarte, detalló que el comportamiento de estos niños cambia al momento de escuchar el ruido de los fuegos artificiales, sin importar el nivel de TEA que padezcan.

“De alguna manera tienen que expresar lo mal que la están pasando al escuchar los truenos, ellos no pueden controlarse, no saben como regular sus emociones ni expresar lo que sienten, entonces por eso estas reacciones, y lo malo es que muchas personas creen que son exagerados, berrinchudos y que tienen mal comportamiento”, abundó.

La maestra, añadió que en estas fechas los niños y sus familias la pasan mal, ya que tienen que estar tratando de calmar la desesperación, la irritabilidad y hasta el dolor que les provoca la pirotecnia.

Evelin Armenta es madre un niño con autismo. Ella relata que cada 24 y 31 de diciembre se tiene que preparar con anticipación para disminuir el impacto del ruido provocado por la pólvora.

“Durante el día tengo que predisponerlo a los ruidos fuertes, pero cada vez que hay pirotecnia tengo que estar con el, tomarlo de su mano e intentar tranquilizarlo para que comprenda que es un ruido pasajero”.

Agregó que en ocasiones es difícil porque hay pirotecnia que no se ve, solo se escucha y es la que más lo lástima.

“Consideró que la solución a esto y por el bien de nuestros niños sería evitar la comercialización de pirotecnia”.