"No mires relojes ajenos": Maricela cumple su sueño, terminar la secundaria

Maricela tiene varios negocios en la pequeña sala de su casa, pone uñas, maquilla, aplica masajes terapéuticos, vende productos de belleza pero además, vive rodeada de libros. Ella es una mujer emprendedora del fraccionamiento Nuevo Nogales.

A sus 66 años, se levanta todos los días a las 6:00 de la mañana, toma su taza de café, sale a caminar y repasa la vitrina donde tiene sus productos de catálogo y la otra donde tiene sus maquillajes; más tarde atiende citas de masajes ya agendadas. Todo en un pequeño espacio de negocios.

Maricela conoce lo que es trabajar duro para convertir los sueños en realidad, como el ganarse un carro vendiendo productos de belleza, sólo para demostrarle a sus hijos que todo se puede con esfuerzo.

Maricela, de origen muy humilde, ha tenido la voluntad de otra pelea en la vida: terminar la secundaria, propósito que se había pospuesto por años para dedicar su vida a sacar adelante a sus cuatro hijos, que hoy en día son profesionistas. Siempre fue apoyada por su esposo, contó, quien ya falleció.

Fueron una pareja que dejaron de lado prejuicios, roles de género, lujos, y se enfocaron a formar una familia de valores, con hijos que todo padre desea para sentirse orgulloso, así como ellos los vieron crecer y realizar sus sueños.

Maricela no ha estado sola en los últimos años, ella pidió el apoyo del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF Nogales) y del Instituto Sonorense de Educación de los Adultos (ISEA).

Rodeada de jóvenes estudiantes del ISEA, el pasado mes de mayo, mes de las Madres, Marisela recibió su certificado de secundaria.

Maricela ha podido salir adelante; ella sigue recibiendo apoyo psicológico, tomando clases de Tai Chi y haciendo crecer su círculo social como integrante activa del Club Edad de Oro del DIF.

Hoy en día cursa la preparatoria, disfruta de sus hijos y sus nietos, menciona que echa de menos a quien fuera en el pasado el compañero que le ayudó a construir lo que es ahora, siendo ejemplo de lo que sí se puede.

Ahora tiene una meta aún más alta y admirable: Maricela quiere hacer la preparatoria y después estudiar una carrera para ser alumna de su propio hijo, Juan Manuel García, quien da clases en dos universidades, y de quien ella, con una sonrisa, dice sentirse muy orgullosa.