San Carlos se convierte en desierto
GUAYMAS, SON.- El cese de actividades de entretenimiento en San Carlos es visible en el ánimo de muchos residentes, aunque lo enfrentan con optimismo y consideran que las medidas preventivas por el Covid-19, son por el bien del pueblo, donde hasta hoy no se han detectado casos.
Guadalupe Aldaco, quien vive en el destino desde hace seis meses, manifestó que una de las cosas que más le agradaron al llegar, fue la socialización de la comunidad norteamericana en restaurantes y bares, misma que daba mucha vitalidad al pueblo, y el hecho de que hoy todo esté apagado es un fuerte contraste, y aquellos conjuntos musicales que podían escucharse en las playas contemplando el atardecer, es algo por lo que habrá que esperar.
“Por otro lado está la gente humilde, ya no los ves empacando en los súper, vas a La Manga y ves a la gente que no tiene trabajo”, dijo.
Resaltó que esta crisis ha generado solidaridad, con la conformación de grupos que reúnen víveres y los entregan en domicilios en situación de pobreza.
Para Jesús Domínguez, propietario de un supermercado local, su rutina es trabajar casi sin descanso, y manifiesta que al llegar a casa, trata de consentir a su familia lo más que puede, y señala entre risas que algunos amigos que rara vez lo buscaban, hoy lo llaman para intentar abastecerse de cerveza, actualmente escasa.
“Pues los amigos que ya no veía, han recalado nuevamente buscando licor y cerveza, porque en otras tiendas tienen restricciones de que tienes que hacer compra para que les puedan vender, pero en mi caso ya me quedé sin producto y no tenemos una fecha para saber cuándo va a llegar otra vez”, indicó.
Hoy, San Carlos se encuentra casi en soledad, y al atardecer, pocas personas salen al aire libre a ejercitarse, pero esas playas, muelles y campos de golf, antes ruidosos, tienen hoy como característica, el sonido del viento, las olas y el canto de los pájaros.