Tienden la mano a los más vulnerables

Vida Plena Corazón Contento surgió hace 15 años en la colonia San Luis, al noroeste de Hermosillo, como una asociación de vecinos voluntarios que busca atender las necesidades de muchas familias.
Especial / EXPRESO.

HERMOSILLO, SON.- Al unirse diversos vecinos en la colonia San Luis, al noroeste de Hermosillo, se dieron cuenta de que hacía falta mucha atención y cuidado hacia dicha zona, por lo que se congregaron como una iglesia que poco a poco ha atendido las necesidades de sus colindantes.

Una de las organizadoras, Irma Hilda Cambustón Espinoza, teóloga e integrante del Consejo Consultivo del Instituto Sonorense de la Mujer, comentó que las reuniones empezaron a ser cada vez más concurridas, y tras notar que eran varias manos que ayudaron a la comunidad, decidió formar una asociación civil.

Al ser representante legal y directora, la nombró hace 15 años como Vida Plena Corazón Contento, una agrupación sin fines de lucro y con un equipo multidisciplinario de voluntarios, quienes buscan mejorar el futuro de los menores y jóvenes más vulnerables, principalmente.

Atención a mujeres

Añadió que, a la fecha, han trabajado también con bastantes mujeres que sufren violencia, otorgá ndoles apoyo psicológico, alimento y ayuda espiritual; también han visitado a las caravanas de migrantes y a aquellas personas que viven en situación de calle.

"La parte primordial es formar familias sanas y que la gente cada día vea que tiene una oportunidad, para que accione el rumbo de su vida, somos personas que buscan la integridad y ser justos,

ayudar a cientos de familias.

A las caravanas migrantes, por ejemplo, entregamos hasta mil 200  platos de comida diarios.

“Cuando las caravanas pasaron, estuvimos al pie del cañón. Estoy agradecida con Dios porque nos deja servir a la sociedad, a los niños les hacemos desfiles culturales, involucramos a sus familias y hasta los rescatamos, hemos visto niños de 10 años ya ebrios y eso me parte el corazón. Por eso decidimos invertir en todas las criaturas”, detalló Hilda.

Punto de reunión

Todas estas actividades las llevan a cabo en la San Luis, en donde terminan llegando vecinos de las colonias Coloso, Amapola, Ranchito, Metalera, Bellavista, Real del Alamito, y hasta de la Café

Combate.

Para Hilda, lo primordial es atender la educación de los menores, formar sus valores y trabajarlos para que crezcan con herramientas que los hagan mejores ciudadanos en su futuro, en donde también buscan crear respeto hacia la mujer, ya sean sus madres o no, pues en la asociación también reciben a muchas en situación de violencia.

Los productos

En el año 2005 le empezaron a comprar la merma de productos a un supermercado, luego los separaban en bolsas para entregarlas a la gente a cambio de 5 pesos, pero no era lo único que buscaban, pues les ofrecían un desayuno y mientras tenían a los ciudadanos en el espacio, hablaban con ellos para reconocer sus problemas y poder mejorar su percepción de vida.

Empezaron con 65 personas y con el paso de una semana fueron 130, haciendo que poco a poco llegara más gente con ellos, desde madres, infantes, abuelas y muy pocas veces algunos jóvenes, siendo el alimento la parte complementaria del verdadero enfoque que tienen con la gente.

“Lo que queremos es que crean que no vienenal mundo para perder sino para salir adelante y hacer de nuestro país un lugar mejor, sin tanta gente en pobreza porque no estudia o no se prepara, y  on los valores, ése es el meollo y centro de Corazón Contento”, detalló.

Las oportunidades Cambustón comentó que en los menores han notado que “se les corta la visión”, pues el contexto que tienen por la familia donde crecieron, es de pobreza y falta de formación, por lo que se generan ciclos repetitivos sin mejorar su calidad de vida.

“Piensan que no hay oportunidad, creen que no la van a hacer en la vida porque no destacan en algo, dicen que la escuela no es para ellos y por eso mejor se ponen a trabajar, y así no es esto, es que tienen mentalidad de pobreza y escasez, que se puede esforzar y luchar […]

“Hice un estudio demográfico y me fui por piedritas hasta para entrar ahí, y la manera en cómo les dicen, les gritan, no hay un incentivo de respeto y es un modelo de comportamiento, van

en un ciclo y se van, esa es mi chamba, no es dar- les de comer, es buscar las oportunidades para que vean que pueden”, comentó la fundadora.