Molotov se va de pachanga con sus fans y con sus "canciones prohibidas"

La fecha inicial de este concierto era el 1 de julio, pero por problemas de salud de Micky tuvieron que posponer el encuentro para la noche de ayer, en la que sin duda, complacieron a sus seguidores mexicanos como parte de la temporada de Conciertos En Vivo Al Aire Libre en el Citibanamex.

La apuesta de muchos de los asistentes es, a partir de la pandemia, la de asistir en pequeños grupos para disfrutar de sus artistas con las condiciones de la nueva normalidad: en palcos.

Aunque la división genera más seguridad, en varias canciones o momentos hace falta el otro, el contacto con los desconocidos de al lado, el slam, la complicidad y el coro de la canción en turno. La energía cambia y se siente desde que se entra al lugar, pues cada quién está con su grupo de amigos, en una especie de pequeña fiesta privada a la que incluso, los vendedores de elotes, esquites y cervezas se acercan sin tener que sortear bailes, brincos y empujones, como era costumbre.

Poco después de las 20:30 horas sonó en el lugar "Chinga tu madre", y a lo lejos, entre los palcos se escuchó "¡Arriba las canciones no permitidas!

Desde el escenario, los integrantes de la banda tenían su propia conversación, sus propias bromas entre tema y tema, que si no era el tono, que si no era la rola o que si no le había salido tal rola a tal compañero.

Tocaron "Amateur" y en cada pieza el público, desde sus palcos, se movía y acompañaba a los artistas. Así pasaron temas como "Here we Kum", "Chandwich A La Chichona", "Parásitos" y por supuesto, "Gimme tha power".

Al momento de tocar "Hit me", por las pantallas del escenario se proyectaron imágenes de manifestaciones por los desaparecidos de Ayotzinapa.

Más adelante sonó "Marciano", "Quen Pon-Ponk", "Mátate Teté" y "Puto". Después de una pequeña pausa, los artistas se despidieron con "Rastaman-

Dita".

El concierto terminó minutos después de las 22:30. Los asistentes, de nuevo con sus cubrebocas, dejaron lentamente el lugar, muchos de ellos sosteniendo los impermeables de cortesía que habían regalado en la entrada y que esa noche, afortunadamente, no tuvieron que ser usados.