Nepotismo y amagos por la culata

"Nepotismo y amagos por la culata", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón

1.- Corrupción y nepotismo son recurrentes señalamientos cuatroteros contra jueces, magistrados y ministros pero, como informó antier Norma Lucía Piña Hernández, la Auditoría Superior de la Federación verificó el cumplimiento cabal del presupuesto en el Poder Judicial sin emitir observación o recomendación alguna.

Lo del nepotismo es una acusación infame porque en las actividades públicas y privadas abundan casos en que varios integrantes de una familia siguen los pasos profesionales de algún pariente ejemplar, como es frecuente con dinastías médicas, ingenieriles, restauranteras o jurídicas pero también, como en Morena y la 4t, en la política dentro de partidos y gobiernos.

Sin embargo y a diferencia de esos cargos, para ascender en el Poder Judicial es necesario superar evaluaciones y aprobar exámenes rigurosos, lo que inhibe o anula imposiciones por parentesco.

El colmo de la desvergüenza para insistir en el nepotismo dentro del Poder Judicial es el forcejeo que se da en estos días para designar fiscal de Ciudad de México a la hija de Bertha Luján Uranga (prominente militante de Morena), Bertha Alcalde Luján, eslabón de una cadena de nepotismo porque es hermana de la dirigente formal de Morena, Luisa María Alcalde Luján, a quien le impusieron a su vez en la secretaría de Organización al hijo de Andrés Manuel López Obrador, Andrés Manuel López Beltrán.

Los apellidos Godoy, Batres, Monreal, Yunes o Mier abundan en el oficialismo, pero no los Pardo, Laynez o Ríos Fajart en el Poder Judicial.

2.- Claudia Sheinbaum niega que desde el Ejecutivo se haya amenazado a los juzgadores federales, como afirmó antier la presidenta del Poder Judicial de la Federación, pero consta sin embargo que durante el obradorato fueron muchos los amagos, las acusaciones de “traición a la patria” y de que todo estaba “podrido”, en el PJ, así como las advertencias de someter a juicio político a jueces, magistrados y ministros  incómodos.

A partir del 2 de junio la embestida se incrementó al doble en Internet el número de agresiones: 91 publicaciones, 67 mil 294 “me gusta”, 127 mil 824 interacciones y ocho millones 929 mil 787 visitas.

De ahí que Piña denunciara:

“Cada vez que la Suprema Corte resolvió uno de esos casos, las y los ministros que votamos en contra de lo que el gobierno percibió como contrario a su proyecto político, fuimos acusados de traidores, corruptos, aliados de minorías rapaces y de la delincuencia organizada y de cuello blanco, e incluso se realizaron alegorías en ataúdes de algunos de nosotros. Todo ello por ejercer nuestra función como jueces y juezas constitucionales, de cara a la sociedad. En cambio, cuando la Corte resolvía casos de forma que se percibía favorable al gobierno, dichas resoluciones se celebraban públicamente y, en estas ocasiones, se llamaba traidores a la patria y al pueblo a quienes habían promovido medios constitucionales de defensa para controvertir políticas, iniciativas o proyectos gubernamentales…”.

Y eso no admite mentís.

Carlos Marín

cmarin@milenio.com