Una miserable conclusión genética

"Una miserable conclusión genética", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón

Según la Fiscalía General de la República, ninguno de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos y asesinados hace casi diez años fue identificado por sus peritos con el análisis genético de cinco de los 114 restos óseos que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos recomendó estudiar desde noviembre de 2018.

¿Y los restantes 109...?

¿Y por qué dejó correr cinco años y medio para ocuparse de esos fragmentos?

Aunque por ley tiene la facultad exclusiva de procurar justicia en asuntos de su competencia, lo que hizo la Fiscalía contraviene el acuerdo inicial con las familias y sus abogados de tomar en cuenta la opinión del Equipo Argentino de Antropología Forense.

Por ser evidentemente parcial, su conclusión alarma porque la CNDH sugirió que los 114 fragmentos que estimó susceptibles de contener ADN fueran analizados por el laboratorio de la Universidad de Innsbruck.

Así sucedió con los anteriores envíos de restos que permitieron la plena identificación de tres de los 43 jóvenes (Alexander, Joshivani y Christian).

De que los padres y sus representantes conocieron el pasado miércoles el resultado del supuesto estudio se sabe gracias a las escuetas, imprecisas, enmarañadas y contradictorias declaraciones que hizo a Milenio el abogado Vidulfo Rosales al salir de Palacio Nacional (contra lo usual, el gobierno del presidente López Obrador nada dijo del encuentro que acababa de tener lugar).

Como si el análisis genético de restos en el caso Iguala careciera de la colosal importancia que sin duda tiene, la intención de unos y otros es manejar con bajo perfil el resultado de los misteriosos estudios.

Las dos partes quieren que pase desapercibida la cuestionable conclusión de la FGR para seguir explotando indefinidamente la tragedia.

– A la 4t le permite acumular falsos “argumentos” para continuar descalificando la oronda y lironda “verdad histórica”, sosteniendo el absurdo de que los muchachos no fueron ejecutados ni sus cuerpos incinerados en el basurero de Cocula.

– Y a los deudos y sus acompañantes persistir en que “no saben” lo que sucedió con los desaparecidos.

No obstante, aun cuando el resultado de los análisis recientes es significativamente deficiente, al cuatroteismo y a los detractores de la terrible verdad les significa el débil eslabón que les faltaba para necear con la reprobación del informe del exprocurador Murillo Karam y apuntalar la confusa y mentirosa narrativa que incrimina, injustamente, a militares.

Pese a que el aparente resultado de los estudios genéticos dio “no positivo”, la reciente conclusión se refiere a sólo cinco de los más de 63 mil fragmentos recuperados en el vertedero y el río.

Sin embargo, y a pesar de que no se tomó la opinión del grupo sudamericano de patólogos en quien confía, Rosales y sus representados magnifican los efectos de la nueva treta, afirmando que con ella se descarta la posibilidad de que muchos o todos los fragmentos que la Fiscalía no quiere estudiar correspondan a los normalistas...