Inteligencia artificial: nueva capa de desigualdad

"Inteligencia artificial: nueva capa de desigualdad", escribe Marco Paz Pellat en #ElPoderdelasIdeas

Las grandes desigualdades atentan contra la sostenibilidad del sistema económico, político y social del mundo. Se dice que los ingresos, el acceso a Internet y ahora la inteligencia artificial, son tres grandes motores de desigualdad para los niños y los jóvenes debido a varias razones interrelacionadas.

La desigualdad de ingresos tiene un impacto directo en las oportunidades disponibles para niños y jóvenes. Según el Informe sobre la Desigualdad Global 2022, el sector 10% más rico de la población mundial capta 52% del ingreso global, mientras que 50% más pobre sólo obtiene 8.5%, evidenciando una brecha enorme en el acceso a recursos.

Aquellos que provienen de familias con mayores recursos económicos tienen acceso a una educación de mejor calidad, atención médica, oportunidades de enriquecimiento cultural y extracurricular y una nutrición adecuada.

Un estudio de la Unesco señala que en países de bajos ingresos, menos de 1% de los niños completan la educación secundaria con habilidades básicas de competencia, frente a casi 100% en los países de altos ingresos. Estos factores son fundamentales para el desarrollo cognitivo y emocional, así como para el éxito futuro.

El acceso a Internet se ha convertido en una herramienta crucial para el aprendizaje, la comunicación y el acceso a la información. Sin embargo, existe una “brecha digital” significativa: aproximadamente 37% de la población mundial, unos dos mil 900 millones de personas, nunca ha utilizado Internet, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU).

Los niños y jóvenes sin acceso adecuado a Internet están en desventaja en términos de aprendizaje en línea, desarrollo de habilidades digitales y acceso a recursos educativos, especialmente evidente durante la pandemia de Covid-19, donde más de 463 millones de niños no pudieron acceder a la educación remota por falta de recursos, según Unicef.

Y ahora, la IA con su potencial de transformar sectores enteros de la economía y la sociedad, plantea riesgos significativos de desigualdad. El Foro Económico Mundial predice que la automatización desplazará 85 millones de empleos para 2025, mientras se crearán 97 millones de nuevos empleos, los cuales requerirán habilidades que muchas personas actualmente no poseen.

Además, investigaciones han demostrado que los sistemas de IA pueden perpetuar e incluso amplificar sesgos raciales y de género debido a datos sesgados, lo que plantea preocupaciones sobre la equidad en el desarrollo y aplicación de estas tecnologías.

Estos tres factores, combinados, pueden crear un ciclo de desigualdad que es difícil de romper. Los esfuerzos para abordar estas desigualdades requieren políticas integrales que incluyan la inversión en educación, la mejora del acceso a Internet y la regulación ética de la tecnología de IA, todo ello con el objetivo de garantizar que todos los niños y jóvenes tengan las mismas oportunidades de éxito.

¿Por qué no aparecen estos temas en la agenda de gobierno y de quienes tienen aspiraciones presidenciales?