La cuarta transformación en cuarenta días

"La cuarta transformación en cuarenta días", escribe Joaquín López-Dóriga en #EnPrivado

Más que un viernes negro, es un futuro oscuro.

Florestán.

Durante años, Andrés Manuel López Obrador machacó con su cuarta transformación que hasta hace unas semanas aún era retórica.

A diferencia de Hugo Chávez, que lo primero que hizo en 1999 fue modificar la Constitución, López Obrador se fue poco a poco, estructurando las instituciones electorales a su medida, creando, vía los apoyos sociales, una fiel base electoral reforzada por sus permanentes sermones a esa feligresía, que es la única que le importaba, mirando siempre y en todo momento por la sucesión presidencial de 2024 y la consolidación de su cuarta transformación.

Así, construyó la candidatura de quien era, y es, su más leal y natural sucesora, Claudia Sheinbaum, a favor de la cual operó todo el gobierno encabezado por él, al tiempo que armaba un INE y un Tribunal a su conveniencia, dejándolo con cinco de los siete magistrados de su pleno, que, como hemos visto y veremos, no necesitaba más. Los tenía controlados.

Ya con esa estructura a su favor, el 5 de febrero, desde el palacio presidencial, anunció 18 iniciativas de reformas constitucionales que entonces sólo él veía alcanzables y ahora, a 33 días de su gobierno, en un frenético quehacer legislativo, contando ya con las mayorías legislativas en el Congreso, aprobará en septiembre, último mes de su gobierno.

Por eso, en dos días, jueves y viernes, los diputados en comisiones aprobaron las iniciativas para la desaparición de los organismos autónomos y anoche tramitaban la reforma al Poder Judicial que Ricardo Monreal dijo que aprobarán en el primer día de la nueva legislatura, el domingo, ya con la mayoría calificada y que así se llevarán las otras 17, lo que Mario Delgado, presidente de Morena, calificó como “un regalo de despedida al mejor presidente del mundo” y que en el Senado sólo será un trámite toda vez que Manuel Velasco anunció que ya cuentan con los tres senadores que les faltan para esa mayoría calificada.

Así, pues, septiembre será el fin de un régimen y el inicio de otro, impensable hace menos de seis años en los que López Obrador pasó del engaño a la autocracia.

RETALES

1.- MEDIDAS. Morena registró a Javier Corral como senador, siendo prófugo de la justicia y se opone a que lo sea, por lo mismo, Ricardo Anaya y, Lily Téllez, por participar en el programa de Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula ¿Cuál es su delito? ¡Que peligroso!;

2.- INDIFERENCIA. Oiga Presidente, ¿ya le contestaron los otros cuatro de los cinco mexicanos más ricos de México a su emplazamiento para que opinen sobre la reforma al Poder Judicial? Le recuerdo porque han pasado cinco días y nada, excepto el desdén; y

3.- NEGATIVA. Y al que sí quiere hablar con usted, Ken Salazar, ya le dijo usted que no, sin entender que no es él, es el Gobierno de Estados Unidos. ¿Pues no que tan amigos?

Nos vemos mañana, pero en privado.