G20: Xi Jinping, el gran protagonista

"G20: Xi Jinping, el gran protagonista", escribe Irene Selser en #Entrevías

Con la China del ingeniero químico Xi Jinping pisando fuerte y sin prisa en América Latina y el mundo, y la crisis climática, en vilo por el escalamiento de la guerra en Ucrania y la vuelta de Donald Trump a Washington, concluyó ayer en Río de Janeiro la cumbre de las 20 principales economías del mundo. La declaración final de 85 puntos del G20 fue suscrita incluso por el presidente argentino Javier Milei, quien no obstante aborrecer por “comunistas” a su par de Brasil, Lula da Silva, anfitrión de la cumbre y al líder chino Xi, pactó con ambos importantes acuerdos económicos y energéticos.  

Tras dos días de discursos y negociaciones bilaterales, el G20 respaldó al menos en el papel las prioridades adelantadas por Luiz Inácio Lula da Silva: una Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, la reafirmación del Grupo como foro de cooperación con vocación de apoyar a los países empobrecidos y alcanzar un desarrollo sostenible, la urgencia de financiar la transición energética e impulsar la acción medioambiental (el G-20 representa el 85% del PIB mundial y produce el 80% de las emisiones contaminantes), además de gravar a las grandes fortunas como una de las vías para financiar todo lo anterior. También figura la reforma de las instituciones multilaterales para hacer efectivos los esfuerzos en pro de la paz y garantizar la preservación de los derechos humanos.

Un incidente algo caótico ocurrió con la “foto de familia” tomada el lunes y que debió ser rehecha el martes a pedido del presidente Joe Biden, que no alcanzó a salir en la primera versión, como tampoco el premier canadiense Justin Trudeau y su par italiana Giorgia Meloni. Pero en el segundo retrato no aparece Milei, quien prefirió reunirse con Xi alejado de las cámaras. China es el segundo socio comercial de Argentina, ya que el primero es Brasil, por lo que Milei (un amigo MAGA según Trump, “Make Argentina Great Again”) también cedió al anunciar que no boicotearía la declaración final pese a “no acompañar varios puntos”, en particular “la noción de que una mayor intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre”, según indicó su gobierno en un comunicado. Y haciendo a un lado sus diferencias ideológicas con Lula y la frialdad recíproca, ambos mandatarios rubricaron un convenio energético para asegurar a Brasil el suministro de gas natural extraído de la localidad patagónica de Vaca Muerta, en el sur argentino, por un total de 2 a 30 millones de metros cúbicos diarios entre 2025 y 2030.

Algo más sobre el protagonismo de Xi Jinping en estos días: antes de aterrizar en Río, el mandatario inauguró en Lima de manera virtual junto a la presidenta Dina Boluarte el megapuerto comercial de Chancay, al norte de la capital, el primero financiado por Pekín en Sudamérica como parte de la iniciativa Belt and Road (la Nueva Ruta de la Seda), lanzada por Xi en 2013 para unir continentes. La terminal de Chancay, iniciada en 2021 con una inversión total de tres mil 500 millones de dólares, reducirá el costo del transporte desde y hacia Perú, Chile, Colombia, Ecuador y Brasil, que podrán así prescindir de los puertos de México y Estados Unidos en su comercio con Asia. Según la Administración de Aduanas china, el comercio bilateral con América Latina rompió un récord histórico en 2023 al superar los 480 mil millones de dólares.

Como es sabido, el presidente ruso Vladimir Putin no asistió a Río por la orden de arresto que pesa sobre él de parte de la Corte Penal Internacional (CPI), que lo acusa de crímenes de guerra por la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia. Pero desde Moscú, Putin agitó la posibilidad de recurrir al uso de armas nucleares, al autorizar Joe Biden el domingo a Kiev, en la víspera del G20, el uso de sus misiles de largo alcance Atacms dentro de Rusia. Moscú confirmó ayer martes el primer ataque con seis misiles y adelantó que “habrá una respuesta”, lo que encendió las alarmas en Europa.

Al respecto, el canciller alemán Olaf Scholz lamentó al término del G20 que la declaración final no incluyera una postura clara sobre la responsabilidad de Moscú en la guerra contra Ucrania. Rusia ha bombardeado Ucrania sin descanso durante mil días, afirmó. “Mil días en los que la gente ha tenido que sufrir por la megalomanía ciega, por la intención de simplemente expandir su país por la fuerza”, enfatizó. 

El viernes está previsto que concluyan en Bakú, Azerbaiyán, las negociaciones de la conferencia anual de la ONU sobre el clima, la COP29, que sesiona desde el pasado lunes, en medio de un panorama desalentador en torno al financiamiento de la lucha contra la crisis ambiental y la transición de energías fósiles a limpias. Al cierre del G20, Lula da Silva exhortó a los dirigentes mundiales a “no dejar para (la COP30 de) Belém la tarea de Bakú”, en alusión a la próxima COP que se celebrará en noviembre de 2025 en Belém, en el corazón de la Amazonía brasileña. Será la “última chance de evitar una ruptura irreversible en el sistema climático”, afirmó Lula, secundado por el titular de las Naciones Unidas, António Guterres, quien dijo que “fracasar” hoy en Bakú “no es una opción”, ante la magnitud de los desafíos que afronta el planeta.