Venezuela, militarizada y en tensión
"Venezuela, militarizada y en tensión": escribe Irene Selser en #Entrevías
El régimen de Venezuela se preparaba para la controvertida toma de posesión de Nicolás Maduro este viernes 10, en medio del anunciado retorno al país de Edmundo González Urrutia, su rival en los comicios del 28 de julio, que le fueron arrebatados a la oposición.
Con 12 años consecutivos en el poder desde que asumió la presidencia en 2013 tras la muerte inesperada de Hugo Chávez por un cáncer fulminante, Maduro se dijo listo para encabezar un tercer mandato de seis años y consolidar así una dictadura anacrónica como la de Daniel Ortega en Nicaragua, de quien, de paso, tanto el venezolano como su principal aliado, Cuba, han aprendido nuevas y sofisticadas formas de control social y represión.
González, de 75 años, se exilió en España en septiembre para evitar ser encarcelado tras obtener 70% de los votos, según demuestra la publicación de 85% de las actas de escrutinio en poder de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). Pero la amenaza de prisión se mantiene, además de una recompensa de 100 mil dólares ofrecida por las autoridades venezolanas por información que conduzca a su captura.
Este lunes, González fue advertido por Diosdado Cabello, ministro del Interior de Maduro, que será arrestado si intenta ingresar a Venezuela para “tomar posesión”, al término de su gira americana por cinco países en la que buscó ganar apoyos frente a la anunciada asunción de Maduro.
El exdiplomático logró el respaldo de los presidentes de Argentina, Javier Milei y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, así como del estadounidense Joe Biden, con quien se reunió el martes en Washington. Biden reconoció formalmente a González en 2024 como presidente electo y ahora refrendó su compromiso con “una transición pacífica y ordenada en Venezuela”, a pesar de que en menos de dos semanas estará fuera de la Casa Blanca y dará paso a la segunda presidencia de Donald Trump.
Este último no recibió a González en su visita, aunque sí lo hizo Michael Waltz, su futuro asesor de Seguridad Nacional. Waltz le habría garantizado a González el seguimiento “cercano” a los acontecimientos en Venezuela en torno a las protestas convocadas por la oposición para este 9 de enero y la investidura del día 10. González también pretendía asistir a una sesión del Consejo Permanente de la OEA, que fue cancelada por una fuerte nevada, pero se reunió con su titular, Luis Almagro, un férreo opositor de Maduro.
Biden y González también condenaron el uso “inaceptable e indiscriminado de la represión” contra manifestantes pacíficos, activistas y la sociedad civil, llamada a manifestarse este jueves en las calles de Venezuela y el mundo vistiendo los tres colores de la bandera venezolana: amarillo, azul y rojo.
La convocatoria fue hecha en un video desde la clandestinidad por la exlegisladora y líder opositora María Corina Machado, inhabilitada para competir en las urnas lo que dio pie a la candidatura de González. Machado adelantó en las redes sociales que ella también marchará en “este día histórico”, no importa si es arrestada: “Si a mí me pasa algo la instrucción es muy clara (...), nadie va a negociar la libertad de Venezuela por mi libertad”, aseguró.
Se ignora la capacidad actual de convocatoria de la oposición dada la represión generalizada que siguió a las manifestaciones del año pasado contra el fraude electoral, con 28 muertos y unos 200 heridos, junto a dos mil 400 detenidos. Tres de los arrestados murieron en prisión y unos mil 400 fueron puestos en libertad condicional.
La cancillería de Venezuela criticó en un comunicado “el intervencionismo” del gobierno saliente de Biden y calificó de “grotesca” su reunión con González.
En su apoyo, el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana, anunció en las últimas horas que nueve exmandatarios de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) lo acompañarán en su pretendido retorno, entre ellos el mexicano Felipe Calderón, los panameños Ernesto Pérez Valladares y Mireya Moscoso, la costarricense Laura Chinchilla y el boliviano Jorge Quiroga. El plan es reunirse en Panamá a invitación de su presidente, José Raúl Mulino, e intentar llegar a Venezuela vía República Dominicana, detalló Pastrana.
Para aumentar su aislamiento regional, el gobierno de Venezuela rompió el lunes relaciones con Paraguay aduciendo el respaldo dado a González por el presidente Santiago Peña en una conversación telefónica.
Venezuela, sin lazos diplomáticos con Estados Unidos desde 2019, también ha retirado su personal de Argentina, Costa Rica, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Chile, cuyo presidente, el izquierdista Daniel Boric, no ha dudado en calificar al régimen de Maduro como una “dictadura que falsea elecciones”.
La duda se mantiene sobre cuál será la estrategia de Trump hacia Venezuela, que ostenta las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo, tras el fracaso de las concesiones aplicadas por Biden, que permitió que la Chevron reabriera sus operaciones de explotación de crudo en el país, cerradas por Trump en 2020.
Y es que frente a una política de línea dura y máxima presión que encarna el próximo secretario de Estado, el congresista por Florida Marco Rubio, están los intereses de los empresarios petroleros estadounidenses, deseosos según el New York Times de “hacer negocios” con Maduro, quien ya expresó su intención de establecer “relaciones positivas” con Trump. Desde 2019, China reemplazó a Estados Unidos como el primer importador de petróleo de Venezuela y este es otro frente clave a considerar a partir del 20 de enero que estaría jugando a favor del “hijo de Chávez”, como gusta autonombrarse el exchofer de autobuses del Metro de Caracas.