Fin al caso Gisèle Pelicot, la francesa violada por 72 hombres
"Fin al caso Gisèle Pelicot, la francesa violada por 72 hombres", escribe Irene Selser en #Entrevías
Cada tanto el primer mundo nos sorprende con hechos atroces ante los cuales uno dice “cómo pudo ocurrir algo así ahí”. En ese “ahí” está contenida la noción de países con economías avanzadas, altos niveles de vida, el tiempo disponible de la gente para dedicarse al arte, el deporte o la cultura, y paisajes de ensueño donde refinar el espíritu, lejos de fealdades y depravaciones vinculadas usualmente con la pobreza.
No hablo de situaciones de horror extremo como el exterminio planificado de millones de judíos en la Alemania nazi o de adolescentes que se levantan una mañana en Houston, toman el rifle de asalto que compraron en una tienda y masacran impunemente en una escuela a una veintena de alumnos, en un contexto de violencia normalizado por la misma sociedad.
Me refiero a casos en los que las perversiones y fantasías ocultas salen a relucir hasta convertirse en actos criminales, como la pesadilla que por 24 años sufrió en Austria, la patria de Freud, Elizabeth Fritz, hija del ingeniero Josef Fritz, quien empezó a violarla cuando ella tenía 11 años y a los 18 la encerró en el sótano de su casa procreando siete hijos-nietos sin que, increíblemente, su esposa en la planta alta se diera cuenta de nada. O el del estadounidense Jeffrey Dahmer, apodado el caníbal de Milwaukee. De su historia se han hecho decenas de películas, series de tv y obras de teatro por la forma tan horripilante en que sedujo, asesinó y masticó al menos a 15 hombres cuyos cuerpos desmembrados aparecieron en su nevera.
Ahora le tocó el turno a Francia, donde este 19 de diciembre un tribunal de la apacible y tranquila ciudad medieval de Aviñón (sur) condenó a 20 años de cárcel a Dominique Pelicot (DP), electricista jubilado de 72 años, cariñoso y afable, acusado de drogar con ansiolíticos y fuertes somníferos a su hoy exesposa Gisèle Pelicot (GP) entre 2011 y 2020 para dejar que decenas de hombres la violaran mientras él la grababa en video y tomaba fotografías.
En total fueron 72 hombres de 27 a 74 años los reclutados por DP en la plataforma Coco quienes la violaron en 92 ocasiones. El sitio web, creado en 2003, fue cerrado en junio pasado por promover prácticas ilícitas como pornografía infantil, tráfico de drogas y asesinatos homófobos.
GP recibió la pena máxima de 20 años de cárcel que fija la ley francesa, y el resto de acusados entre tres y 15 años. Del total de violadores, solo 51 fueron identificados por la policía y sentados en el banquillo con el rostro cubierto.
DP aceptó ser un violador y dijo que trituraba las pastillas y las ponía en la comida de su mujer. Una vez dormida, la vestía “de puta” y hacía entrar a su casa, ubicada en el pueblo de Mazan, a constructores, oficinistas, choferes de camiones, jubilados, algún soldado, un periodista, un enfermero, un guardia de prisión, un bombero y hasta un vecino cuya esposa fue igualmente drogada y violada por el mismo DP con acuerdo del primero.
En los cuatro meses que duró el juicio se supo que el acusado también tomó y distribuyó imágenes de su hija mayor, Caroline (que teme haber sido también drogada y abusada por su padre) y de las esposas de sus dos hijos, Aurore y Celine.
Ante la corte, Gisèle Pelicot (71), madre, abuela y exgerente de logística hizo célebre su frase de que “la vergüenza cambie de bando”, al decidirse no sólo a denunciar a su marido sino a mostrar su rostro al público, convirtiéndose sin querer en una heroína feminista. Explicó que jamás imaginó lo que ocurría, si bien las drogas le causaban desmayos y pérdida de memoria que ella atribuyó a un posible tumor en la cabeza o un supuesto Alzheimer. Los médicos nunca dieron con el mal. El único diagnóstico posible fueron cuatro positivos en las pruebas de enfermedades de transmisión sexual, por lo que para colmo el esposo la acusó de “infidelidad”.
Durante el mayor juicio por violación en Francia miles de mujeres marcharon en París, Avinón y otras ciudades en apoyo a GP y a todas las víctimas sexuales, en un país en el que “la violencia masculina es una realidad sistemática”, como reconocieron en una carta abierta publicada por el diario Libération 200 personalidades (hombres) del mundo del espectáculo y la cultura entre cantantes, actores, músicos, chefs y periodistas. Sostuvieron que “todos los hombres, sin excepción, se benefician de un sistema que domina a las mujeres. (…) Seamos solidarios con las víctimas, no con los agresores”.
Según el Instituto de Políticas Públicas de Francia (2024) el 86% de las denuncias de abusos sexuales y el 94% de las violaciones hechas entre 2012 y 2021 no fueron procesadas o nunca llegaron a juicio.
DP fue descubierto mientras tomaba fotos bajo las faldas de las mujeres en un supermercado. Al investigarlo y confiscar sus equipos electrónicos, la policía halló en su casa 20 mil videos y fotografías con el registro detallado de los abusos valiéndose de la “sumisión química” (drogada) de su esposa.
Para Laurent Layet, el psiquiatra designado por la corte, ni DP ni los demás acusados son “monstruos”, pero tampoco “hombres corrientes”. La mayoría están casados y tienen hijos, pero más de la cuarta parte de ellos, incluyendo a DP, fueron abusados o violados de niños. La cadena BBC descubrió que el 45% de los procesados tenían condenas penales previas.
El diagnóstico de Layat dice que DP, que probablemente morirá en prisión, mostró “una mente fragmentada como la de una computadora”, en tanto la abogada Florence Raut, experta en casos penales, reveló que DP, casado con Gisèle en 1973, había atacado a otras mujeres décadas antes y fue acusado de asaltar e intentar violar a una agente inmobiliaria de 23 años en París, en 1999.