Caso Tlaxcala, una vergüenza más
"Caso Tlaxcala, una vergüenza más", escribe Carlos Puig en #ColaboraciónEspecial
Esto conté aquí en 2021: Hace más de veinte años, una racha de secuestros en Tlaxcala provocó la presión de los empresarios locales sobre el gobernador Alfonso Sánchez Anaya, que a su vez ordenó a su procurador Eduardo Medel (que hoy despacha en el Senado) y a su policía que “solucionaran” el asunto. El entonces subprocurador del Estado, Edgar Bayardo, era colaborador confeso del "Mayo" Zambada, se hizo testigo protegido durante el sexenio de Calderón y fue asesinado en un Starbucks.
En Tlaxcala inventar bandas de secuestradores era la norma, según documentan más de cincuenta recomendaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos a ese gobierno. En 2002, esa procuraduría detuvo, casi al azar, a seis hombres: un funcionario, un empleado de la Comisión Nacional del Agua, un asesor de afores y tarjetas de crédito, un demostrador en un supermercado y dos actores en ciernes que se ganan la vida como extras en la televisión. Los acusaron de conformar una banda de secuestradores.
Los alumnos de la maestría de periodismo del CIDE pasaron seis meses revisando el expediente, investigando, hablando con los protagonistas. El resultado se publicó en la revista Gatopardo. Todo había sido un invento, vale la pena leerlo. (Libertad robada. El montaje de una banda de secuestradores / Gatopardo / 4 de abril 2021)
Uno de los acusados murió en prisión, dos más han salido por las mentiras en el proceso, pero Sergio Rodríguez Rosas, Jorge Hernández Mora y Mario Ricardo Antonio Almanza Cerriteño siguen encarcelados en el Cefereso No. 14, en Durango, esperando decisiones judiciales, porque sí, en México la justicia puede tardar dos décadas en llegar, si es que llega.
Ahora los acompaña la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, los ha acompañado hace tiempo.
La ONU se ha declarado en el caso pidiendo su liberación.
Los agentes que torturaron a los hasta hoy detenidos, para obtener falsas “confesiones”, tienen orden de aprehensión.
El miércoles se presentó un nuevo amparo, la última posibilidad de sacar de la prisión a estos inocentes castigados dos décadas injustamente. Pruebas de esto, sobran. El aparato de justicia se ha protegido a sí mismo y siguen protegiendo a quien armó todo esto desde hace tantos años.
Quienes ahí los pusieron tienen chambas y vidas. Dos de los mencionados arriba en el gobierno actual.
Nuestra vergüenza de siempre.
@puigcarlos