Lectura compartida: un pendiente social para 2025
"Lectura compartida: un pendiente social para 2025", escribe Irene Tello Arista en #ColaboraciónEspecial
De los recuerdos más preciados de mi infancia son las novelas que me leía mi papá en voz alta mientras esperábamos la hora de entrada de la escuela. Gracias a estas lecturas, habitan en mi imaginación miles de historias, como las aventuras de Bilbo Bolsón y Momo, la niña que me enseñó la importancia de escuchar a los otros. Mi padre, Romeo Tello Garrido, me enseñó a mí y a una infinidad de estudiantes, el amor por la literatura en sus clases y clubes de lectura. Por eso no me sorprendió cuando me invitó a mí y a mi madre a una de las sesiones de su club de lectura.
Sin embargo, las sorprendidas fuimos nosotras cuando después de analizar la novela "Las mil naves", de Natalie Haynes (novela que narra la guerra de Troya desde la perspectiva de las mujeres), las personas integrantes del club empezaron un homenaje oral a la labor pedagógica y comunitaria que mi padre ha tenido con ellas desde hace 33 años. Aunque siempre he sabido que mi padre coordina clubes de lectura, no había caído en cuenta que lleva haciéndolo desde hace tanto tiempo, así como el impacto que ha tenido esta actividad en la vida de tantas personas. Una de las historias que se compartieron ese día resonó en mí y se me quedó grabada: una señora que agradeció al club de lectura por recobrar el amor por la lectura después de la pérdida de su pareja con quien solía leer.
Uno de los retrocesos que hemos tenido en México en los últimos años es en la cantidad de personas que leen. De acuerdo con el Módulo sobre la Lectura del Inegi sólo 69% de la población alfabeta declaró leer en 2024 (una reducción del 17% comparado con 2015). Y esta reducción de lectura se ve aún más en personas mayores de 65 años, ya que sólo un 53% declaró leer (una reducción de 25% comparado con 2015).
Aunque se podría decir que nunca hemos sido un país con altos niveles de lectura o libros leídos en un año, estas reducciones de cifras del Molec son preocupantes, ya que reportan una pérdida de un hábito indispensable que tiene repercusiones en otras áreas cognitivas. La disminución en la lectura suele venir acompañada de una disminución en la capacidad de atención, comprensión y memoria. Por otro lado, el impacto de la falta de lectura y sociabilidad en las personas adultas mayores tiene consecuencias en su salud mental debido al aumento de estos cambios cognitivos en la atención y la memoria a la par de una sensación de soledad.
Los clubes de lectura no sólo fomentan el hábito de la lectura y la discusión y comprensión de textos, sino que además fomentan las relaciones sociales entre sus integrantes. Lo cual resulta indispensable entre los adultos mayores quienes suelen perder contacto social conforme van envejeciendo. Por ello una política pública pendiente para el próximo año es fomentar la creación de clubes de lectura en el país, para empezar a recobrar los porcentajes de lectura que teníamos antes de la pandemia.
Me siento afortunada de haber crecido en una casa en la que la lectura y los libros nunca se consideraron una pérdida de tiempo sino la apertura a una infinidad de perspectivas y mundos. Leer un libro nos permite experimentar la vida a través de los ojos de otra persona. Sin embargo, leer en conjunto en un club de lectura nos abre la puerta a una serie de mundos por la lectura compartida con otros.
Postdata. Acabo de terminar de leer la novela "Archivo agonía", de la escritora mexicana Marina Azahua. No puedo resumir en este espacio la variedad de reflexiones y emociones que desató en mí esta novela sobre la pérdida, el duelo, la imagen y la luz que habita en los periodos de oscuridad. A todos los que gusten de la lectura de los libros complejos que enriquecen nuestros mundos, les recomiendo ampliamente esta novela.
Irene Tello Arista
X: @itelloarista