Y mientras tanto…Sudán

"Y mientras tanto…Sudán", escribe Mauricio Meschoulam en #ColaboraciónEspecial

Los reflectores globales han sido acaparados por una serie de temas como la guerra en Ucrania o los sucesos en Rusia. No obstante, hay otras cosas importantes pasando. Es el caso del conflicto en Sudán que inició hace algunas semanas. Tres aspectos importantes al respecto: el primero, las nuevas olas de personas desplazadas y refugiadas expulsadas por este conflicto; el segundo, la potencial emergencia de una compleja guerra civil con el involucramiento de actores internacionales; el tercero, el resurgimiento del islamismo radical con posibles consecuencias en temas como terrorismo transnacional.

1. Como recordatorio, el más reciente conflicto en Sudán, el tercer país de mayor dimensión geográfica en África, comenzó a mediados de abril. Se trata de un choque entre el ejército, liderado por el general Abdel-Fatah al-Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), una milicia paramilitar comandada por el general Mohammed Hamdan Dagalo.

2. En solo diez semanas, la crisis humanitaria se encuentra en pleno proceso. La violencia ha provocado más de 3,000 muertes y el desplazamiento interno de aproximadamente 2.5 millones de personas. La ONU está prediciendo que se generará más de 1 millón de refugiados internacionales como producto de este conflicto en los próximos meses. Se ha informado casos de violencia sexual, incluyendo violaciones, en Jartum y Darfur, atribuidos principalmente a las RSF.

3. Todas las negociaciones de paz mediadas por Estados Unidos y Arabia Saudita han terminado por caer. Hasta ahora, se han declarado alrededor de diez ceses al fuego durante el conflicto, pero uno a uno de esos ceses ha colapsado.

4. Miles de hombres que trabajaron como agentes de inteligencia bajo el expresidente Omar al-Bashir y tienen vínculos con su movimiento islamista están luchando a favor del ejército, según tres fuentes militares y una fuente de inteligencia, fuentes citadas por Reuters hace unos días. Para entender la relevancia de este tema, considerar dos factores: (a) Sudán fue uno de los sitios en donde Bin Laden operó durante años; el arraigo de la ideología islamista radical tiene décadas en la zona, y (2) según la investigación, el mayor predictor de emergencia de terrorismo es el conflicto armado.

Los factores arriba descritos arrojan, entonces, un complejo panorama por lo siguiente:

A. Podríamos estar ante la gestación de una compleja y prolongada guerra civil con altísimas consecuencias humanas que no solo extinguen la esperanza de la sociedad sudanesa que avanzaba a paso lento hacia su democratización, sino que hoy, en cambio, incluye múltiples muertes, atrocidades, abuso sexual y por supuesto, desplazamiento y refugio humano.

B. La ineficacia de la mediación internacional hace prever la potencial fatiga de esos actores. En la medida en que la guerra civil se siga prolongando, estos y otros actores podrían comenzar a tomar partido. Varios gobiernos como el de Egipto ya lo han hecho. Además, el grupo de contratistas privados ruso Wagner (hoy en el foco de todo) ha estado involucrado en Sudán durante años, protegiendo las minas de oro y estableciendo fuertes lazos con Hamdan.

C. Pero si además de ello añadimos el componente de la militancia islámica (específicamente potenciales procesos de radicalización entre miembros específicos de esa militancia), es posible que en los próximos meses observemos cómo este conflicto armado se va entretejiendo con la lucha de organizaciones criminales y terroristas transnacionales que operan en África.

Un panorama así requiere urgentemente de una mayor intervención por parte de organismos y actores internacionales interesados, si no en la paz, al menos en la estabilidad global.