La judicialización de las elecciones
"La judicialización de las elecciones", escribe Ricardo Homs en #ColaboraciónEspecial
La judicialización de la elección en la alcaldía Cuauhtémoc no es un tema que sólo compete a la Ciudad de México, sino a todo el país, porque sentará peligrosos precedentes que impactarán en el futuro las campañas electorales en todo México. Estamos viendo cómo la 4T lleva ante los tribunales a las campañas que no logra ganar en las urnas.
La anulación de la elección de la alcaldía Cuauhtémoc marca la fecha significativa de los nuevos tiempos de avasallamiento político a las autoridades electorales, a favor del partido en el poder, MORENA.
En una acción sin precedentes el Tribunal Electoral de la Ciudad de México invalidó la elección de la alcaldía Cuauhtémoc y revocó la constancia otorgada a Alessandra Rojo de la Vega, quien compitió por la alianza PAN-PRI-PRD.
Este proceso define los nuevos tiempos políticos. La elección en esa alcaldía fue competida por dos mujeres, Caty Monreal por la coalición de Morena y aliados y Alessandra Rojo de la Vega por PRI, PAN y PRD.
Ante la derrota de Caty Monreal, Morena exigió recuento de votos, lo cual se le concedió, pero esto no logró cambiar el resultado. Luego lo intentaron denunciando rebase del tope de gastos de campaña y tampoco lo lograron.
De repente como último recurso surgió la acusación de "violencia política de género" ejercida por Rojo de la Vega en contra de Caty Monreal.
¿Cómo puede haber violencia política de género por declaraciones vertidas durante una campaña donde las dos contendientes son mujeres?
Esto sienta un precedente muy peligroso para las próximas elecciones, cuando compita una candidata del género femenino, contra uno del masculino. El hombre siempre estará en posición vulnerable frente a su contrincante, pues cualquier declaración de éste —incluso en los debates— podrá ser calificada como violencia política de género. Esto cambia radicalmente la equidad en la competencia electoral, pues pone al varón en una posición de indefensión absoluta.
A Rojo de la Vega el Tribunal Electoral de la Ciudad México le acusa de utilizar calificativos denigrantes y, además, minimizar la experiencia política de su contrincante reduciéndola a los apoyos familiares.
Además, Morena denuncia violencia psicológica ejercida por Rojo de la Vega contra la candidata Monreal.
Definitivamente toda esta argumentación es subjetiva y no sería digna de tomarse en cuenta si el Tribunal Electoral de la Ciudad de México no estuviese presidido de forma interina por un funcionario cooptado por Morena, que ejerció su voto de calidad para lograr el desempate durante la votación donde se emitió el veredicto final que invalidó la elección.
Rojo de la Vega cuestionó —desde que iniciaron las impugnaciones por parte del equipo morenista— la cercanía del presidente interino del Tribunal Electoral de la Ciudad de México, Armando Ambriz Hernández —por cierto, zacatecano—, como amigo y compadre de Ricardo Monreal.
Muy grave que a partir de las subjetividades implícitas en el concepto "violencia de género", se pueda anular una elección.
Además, genera un antecedente que rompe la equidad en las futuras campañas electorales para cualquier candidato varón. Bastará que una candidata compitiendo con un hombre apele a este argumento —que se convertirá en dogma y tabú—para que las autoridades electorales —convertidas en inquisición— le descalifiquen.
No olvidemos que la "victimización" es toda una cultura dentro de la 4T, promovida desde hace muchos años por quien hoy es el inquilino del Palacio Nacional.
También llama la atención la frivolización con que la 4T reduce a la lucha feminista, manipulando sus argumentos judiciales para cancelar esa elección recurriendo a la reivindicación de género. Este es un movimiento social de reivindicación de derechos —auténtico y profundo—, al que muchas mujeres han dedicado su vida y no debe permitirse que éste se convierta en rehén de ambiciones políticas.
Minimizar el impacto de este atraco en contra de la democracia puede tener implicaciones futuras en un contexto donde se corre el riesgo de que, a partir de la reforma, el Poder Judicial Federal pudiese quedar atrapado dentro de las ambiciones políticas de la 4T.
Es urgente impedir que se consume este duro y demoledor golpe a la democracia en el país. Las elecciones se definen en las urnas y no en los tribunales. ¿A usted qué le parece?
Ricardo Homs
X: @homsricardo
Presidente de la Academia Mexicana de la Comunicación