Pemex no paga: ni su deuda ni a proveedores
"Pemex no paga: ni su deuda ni a proveedores", escribe Salvador Garcia Soto en #SerpientesyEscaleras
La segunda llamada de alerta sobre una posible pérdida de la calificación crediticia de México, como país seguro para la inversión y la contratación de deuda, llegó ayer con la calificadora HR Ratings, que pasó la calificación de nuestro país de "estable" a "negativa", igual que lo hizo la semana pasada Moody's.
Argumentando la "debilidad institucional" que está mostrando México, en el caso de Moody's y la caída de las expectativas de crecimiento de la economía nacional para 2024 y 2025, que ELLOS prevén en 1.4 y 1.1, muy lejos de los pronósticos de 2.1 y 2.3 de la Secretaría de Hacienda, las dos calificadoras estadounidenses mandaron una señal clara de lo que puede venir para México si no se toman medidas para reducir el enorme déficit fiscal que hoy tiene y renegocia la enorme deuda de Petróleos Mexicanos, entre otras acciones urgentes que tendría que tomar el gobierno de Claudia Sheinbaum.
Y es que al complejo escenario económico para 2025 -con todos los problemas internos más las amenazas de aranceles de Donald Trump a los productos mexicanos- se suma el enorme lastre en el que se ha convertido Petróleos Mexicanos, la empresa que ni con todo y su reforma legal para volverla de nuevo "del Estado", logra levantar cabeza y se hunde cada vez más en medio de su quiebra financiera y su incapacidad de pagos, tanto de su enorme e histórica deuda financiera vencida, que ya rebasa los 100 mil millones de dólares, como en los adeudos que tiene con proveedores.
Tan sólo un grupo de acreedores de Pemex, agrupados en la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros, denunció esta semana que no han recibido sus pagos desde hace casi tres años, a pesar de que en muchos casos ya cumplieron con los servicios, obras o contratos que les asignó la empresa, por lo que en una carta que dirigieron a la secretaria de Energía, Luz Elena González y al director de Pemex, Víctor Rodríguez, piden urgentemente su intervención para que la petrolera estatal les liquide los adeudos por 103 mil 602 millones de pesos, que no fueron cubiertos por la administración del exdirector de la empresa, Octavio Romero Oropeza.
Los empresarios reclaman que la morosidad de la anterior dirección de Pemex les causó serios daños financieros, de liquidez y operación a sus empresas, pero también afecta a las comunidades y ciudades en donde operan dichas empresas, por lo que solicitan un programa de pagos confiable, que sea cumplido por la petrolera, tanto en adeudos atrasados como en los corrientes.
La misma Pemex en un reporte oficial al cierre de 2024 reconoce tener una deuda total de corto plazo de 402 mil 847 millones de pesos, aunque fuentes internas de la empresa sostienen que esa cantidad se queda corta y que en realidad la actual dirección de Víctor Rodríguez heredó, como parte del desastre que le dejó el agrónomo tabasqueño Romero Oropeza, una deuda con proveedores que supera los 700 mil millones de pesos.
Por eso es que Petróleos Mexicanos, lejos de haberse recuperado con los 80 mil millones de dólares que le inyectó y transfirió del presupuesto federal el gobierno anterior y más lejos todavía de haber mejorado su producción, como le informaban engañosamente al expresidente sus paisanos tabasqueños, nunca logró enderezar el rumbo y con su caída, literalmente en picada, ha comprometido ya no sólo el escaso dinero de los contribuyentes, sino ahora también pone en riesgo la calificación crediticia de México.
Porque, según comentan en el Piso 41 de la Torre Ejecutiva, Romero Oropeza y su banda de tabasqueños, manipularon las cifras y le mintieron al expresidente vendiéndole la idea de que "la empresa está mejorando", cuando nunca supieron ni volverla eficiente ni mejorar la producción ni resolver los graves rezagos de mantenimiento e infraestructura y mucho menos renegociar ante los mercados financieros internacionales la enorme deuda de Pemex, que a pesar de su enorme crecimiento, puede ser manejable si sus exdirectivos hubieran permitido que la Secretaría de Hacienda, a cargo de Rogelio Ramírez de la O, diseñara y condujera un proceso de renegociación serio con los deudores financieros de la empresa estatal.
Pero en vez de eso, dicen en la actual dirección de Pemex, Octavio Romero se peleó con el secretario de Hacienda y, como si se tratara de su feudo, no permitió que Ramírez de la O, al que conocen bien y le creen los mercados extranjeros, hiciera un trabajo a fondo de renegociación, lo que agravó y abultó aún más la deuda que hoy sigue esperando un plan urgente y adecuado de renegociación que no sólo salve a la empresa de la quiebra total, sino al país de ser arrastrado por el fardo y la amenaza en que se ha convertido Pemex para la calificación crediticia del país.
Veremos si el director Víctor Rodríguez, a quien adentro de la empresa describen como "un nerd, un académico con buenas intenciones, pero poco conocimiento real de la empresa y de la industria petrolera", resulta más eficiente que su nefasto antecesor y permite que Ramírez de la O tome en sus manos la deuda de Pemex para operar con los mercados internacionales una renegociación profunda que salve a la empresa y a la imagen del país en materia crediticia y de inversiones.
Y veremos también si la presidenta Claudia Sheinbaum, que ya se sabe bien del enorme desfalco cometido en Pemex por Romero Oropeza (al que pretendía mantener en el cargo por dos años, pero al revisar los números del desastre financiero con el que engañaron a López Obrador se arrepintió y lo mandó al Infonavit, obligada), prioriza la urgente renegociación de la deuda de la petrolera, antes de que hunda a su gobierno con todo y la economía del país… Los dados mandaron Capicúa. Volvemos a lanzar el tiro.