Trump ya devoró a Trudeau, viene por Sheinbaum
"Trump ya devoró a Trudeau, viene por Sheinbaum", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras
La forma en la que el astuto y mañoso Donald Trump envolvió y engulló al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, deja muy claro que el inminente presidente de los Estados Unidos cuando amaga y amenaza con una política económica proteccionista, una política migratoria dura y despiadada y una diplomacia y política exterior, que hará valer su condición de potencia para imponer, unilateralmente cuando así lo considere, los intereses y prioridades de los Estados Unidos en la geopolítica internacional.
Cual depredador que huele el miedo de su presa, Trump adivinó perfectamente la desesperación de Justin Trudeau, que enfrenta una fuerte caída de su imagen y su popularidad de cara a las elecciones presidenciales del próximo año en Canadá y le hizo creer al premier canadiense que tendría hacia él cierta consideración y trato diferenciado respecto a México, cuando en realidad sólo estaba midiendo la apremiante necesidad política que tiene en estos momentos el gobernante del país de la hoja de maple y, una vez que lo tuvo suficientemente cerca, comiendo de su mano en su mansión de Mar-A-Lago, lo engulló, lo masticó y lo regurgitó llamándole “gobernador" y lamentando la renuncia de su ministra de Finanzas, la icónica Chrysta Freeland, quien abandonó a Trudeau con una carta donde cuestiona su tibieza y torpeza ante Trump.
Es cierto que Trudeau pagó muy rápido el costo de haberse tratado de deslindar de México, pedir su salida del TMEC y creer, ingenuamente, que Donald Trump negociaría de manera diferente con Canadá o le daría un trato distinto si este se apartaba de México y se sumaba al linchamiento iniciado por el futuro inquilino de la Casa Blanca; pero también es cierto que Justin no es ningún improvisado, inexperto o ingenuo y que fue más bien su premura y desesperación por no ser arrasado por Trump lo que lo llevó a precipitarse y a tirarse a los pies del nuevo titular del imperio, lo que fue aprovechado por el emperador para presumir públicamente que aun antes de asumir el poder y cumplir sus amenazas verbales, él ya infunde miedo y respeto a sus vecinos y socios comerciales.
Pero mientras en México los afines a la 4T celebran y se ufanan de la desgracia política de Trudeau, que sucumbió al poder hipnótico del próximo habitante de la Oficina Oval, esos mismos propagandistas del oficialismo pretenden hacer creer que la presidenta Sheinbaum es una "giganta" que está lista para enfrentar el embate trumpista, que aun antes de comenzar ya ha cimbrado a México y ha provocado incertidumbre y desconfianza de los mercados sobre el futuro económico y el desarrollo del país.
Y hay que reconocer que, al menos hasta ahora, la presidenta Sheinbaum ha sido más prudente y sensata de lo que fue el experimentado Primer Ministro de Canadá, en buena media porque ella no tiene ningún apremio político-electoral en puerta y, por el contrario, tiene todavía, nuevecito y casi sin usar, un enorme bono democrático por su triunfo contundente e histórico en las elecciones presidenciales de este año. Pero hasta ahora, más allá de reaccionar y esquivar los golpes mediáticos y declarativos de Trump, la doctora y su gabinete no han mostrado tampoco tener una estrategia efectiva y contundente para contener el enorme reto que se viene para el país con el regreso del magnate a Washington.
Hasta ahora en el "cuarto de guerra" que armó la presidenta Sheinbaum, con el canciller Juan Ramón de la Fuente como coordinador, para diseñar y ejecutar la estrategia de negociación con el próximo gobierno de los Estados Unidos, sostiene reuniones, recopila datos e información y diseña los argumentos sobre los que México se defenderá, tanto de los posibles aranceles de 25% a sus exportaciones, como de la eventual deportación masiva de migrantes en su frontera norte, o incluso de las amenazas de intervencionismo militar para enfrentar y detener a los capos de la droga mexicanos. Todo eso dicen, se conocerá hasta que se sienten a la mesa los dos gabinetes y presidentes para negociar cara a cara las nuevas líneas de la política estadounidense.
En vía de mientras, en tanto llega la asunción de Trump, México aceita y prepara a sus representaciones consulares en más de 50 ciudades de la Unión Americana, para convertirlas en oficinas defensoras y protectoras de migrantes mexicanos para que no se violenten sus derechos y define también quien será su nuevo embajador en Washington, de donde ya está prácticamente fuera Esteban Moctezuma y suena fuerte el nombre del experimentado negociador Julián Ventura para encabezar la misión diplomática mexicana en el vecino país.
Y mientras México busca un diplomático que tenga capacidad política y experiencia negociadora para su Embajada en Washington, Donald Trump ya tiene listo a su "halcón" Roland "el Rambo" Johnson, con su perfil de militar, agente de la CIA y experto en el desmantelamiento de grupos criminales, como su representante, que es a la vez mensaje y mensajero de la agresiva e intervencionista política de seguridad y combate al narcotráfico, con la que Trump va a amenazar, condicionar y obligar a México y a la presidenta Sheinbaum, le guste o no, a renegar y apartarse definitiva y totalmente, como en los hechos ya lo está haciendo el secretario Omar García Harfuch, de la nociva, negligente y criminal política de "abrazos, no balazos", que implementó su adorado antecesor con un costo doloroso y letal para los mexicanos.
Porque el "Rambo" Johnson, como ya le llaman al futuro embajador en los círculos políticos, no sólo estuvo como embajador en El Salvador en los años en los que se consolidó la presidencia de Nayib Bukele y sus políticas radicales y extremas contra las pandillas y el narcotráfico en su país. Su presencia e influencia en el nuevo modelo de seguridad y control del crimen de Bukele, llegó al grado de que él diseñó y planeó la cárcel de alta seguridad que se construyó para apresar y someter a los pandilleros y sus líderes.
Además, nos dicen que Ronald tuvo mucho que ver con el caso de los Guacamaya Leaks y el robo gigantesco de información al Ejército Mexicano y a la Secretaría de la Defensa Nacional. Ahí nomás, para que le vayan midiendo por qué viene y a qué viene el "Rambo" Johnson, al que además le tocará estrenar la oficina que se inaugurará en estos días en el nuevo complejo que ocupará la Embajada de los Estados Unidos en la Ciudad de México. Para decirlo claro y llano: con Ronald Johnson y la agresiva política de Trump en contra de los cárteles de la droga mexicanos, a los que equipara con terroristas, viene la "bukelización" de México.
Hasta el próximo 8 de enero, volveremos a lanzar el tiro en busca siempre de Escaleras, aunque nunca dejen de acecharnos las Serpientes. Por lo pronto, para esta Navidad y Año Nuevo, a todos nuestros lectores, críticos, bienquerientes y malquerientes, les deseamos lo mejor: bendiciones, salud y bienestar para ustedes y todos sus seres queridos y que 2025, que se ve tan incierto y peligroso, resulte ser un año sí de desafíos, pero también de crecimiento y desarrollo para nuestro querido México. ¡¡Hasta pronto!!