Con 'A' de aranceles, el garrote de Trump

"Con 'A' de aranceles, el garrote de Trump", escribe Salvador Garcia Soto en #Serpientes y Escaleras

Lo que no quería creer la presidenta Sheinbaum -que constantemente repetía que no creía que fuera a ocurrir- ha ocurrido hoy. Los productos que exporta México a los Estados Unidos deberán pagar un impuesto de 25% para poder ingresar al vecino país, según la medida impuesta por el presidente Donald Trump que, en abierta violación al T-MEC y desconociendo las reglas de ese acuerdo trilateral, cumplió su promesa de gravar con aranceles las importaciones mexicanas ya que, según él, nuestro país "abusa" del suyo por el déficit comercial de 250 mil millones de dólares.

Si no hubo un cambio de última hora, hoy amanecemos con la medida unilateral y proteccionista de Trump, que ayer mismo por la tarde, cuando le preguntaron periodistas en la Casa Blanca si México y Canadá podían hacer algo para evitar la entrada en vigor de los aranceles, respondió: "No, en este momento no. Es pura cuestión económica. Tenemos grandes déficits, como usted sabe, con los tres", dijo en referencia también a China y el arancel de 10% que les impuso a sus exportaciones al mercado estadounidense.

Sin que se conozcan aún los detalles y cuáles serán los productos específicos, de entre los más de 421 mil millones de dólares que exportamos al país del norte, que tendrán que pagar aranceles para entrar al codiciado mercado estadounidense, la medida impactará fuertemente a la economía mexicana por el aumento de costos para los exportadores mexicanos, que tendrán que ajustar sus procesos y tal vez los empleos que generan, para poder absorber el impacto de la política arancelaria de Trump.

Por lo pronto, el peso mexicano ya resiente los aranceles de Trump. Ayer viernes cerró la semana en 20.68 -con una pérdida de más de 40 centavos- y llegó a estar en el día hasta los 21 pesos con 70 centavos y es previsible que el lunes el dólar se siga fortaleciendo a costa de la moneda mexicana.

Los principales productos industriales que exportamos a los Estados Unidos son las partes y accesorios de vehículos automotores, automóviles y tractocamiones, computadoras, alambres y cables, tractores, instrumentos y aparatos de uso médico, teléfonos celulares, monitores y proyectores y controles para la energía, que ocupan los 10 primeros lugares en las exportaciones mexicanas. Pero también la manufactura de muebles alcanza casi los 10 mmdd en exportaciones y en el sector alimentario y agrícola el aguacate, hortalizas, frutas y vegetales son importantes, mientras que el tequila, la cerveza y el pan también alcanzan casi los 20 mil millones de dólares en ingresos por exportación, de acuerdo con información de la Secretaría de Economía.

Hasta ahora los mexicanos estamos en la total incertidumbre por la falta de información del Gobierno federal. No sabemos cuál es el plan o los muchos planes que la presidenta Sheinbaum dijo tener ayer para responder a los aranceles trumpianos en caso de que se aplicaran, ni dimensionamos aún el tamaño del impacto que viene para la economía y las empresas nacionales y extranjeras que producen en México y exportan a los Estados Unidos.

Porque los funcionarios federales que debían informarnos y hacer recomendaciones para tratar de mitigar el efecto de los aranceles se han dedicado sólo a hablar y a decir frases grandilocuentes. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, por ejemplo, se la ha pasado diciendo que hay que actuar "con la cabeza fría", que sería "un grave error de Trump poner los aranceles" y hasta nos ha explicado con detalle cómo estos afectarían a los ciudadanos estadounidenses que pagarían más por los productos finales que México les vende. Pero de cómo nos va a golpear a los ciudadanos mexicanos y a nuestra economía, nada dice Ebrard.

Sería de esperar que hoy la Presidenta deje de lado sus giras pueblerinas y proselitistas -a las que va cada fin de semana más a tomarse la foto que a resolver problemas importantes- para concentrarse con su equipo en la respuesta que dará su gobierno a la arbitraria y proteccionista medida del país vecino. Del lado canadiense ya sabemos, porque ayer lo dijo el primer ministro Justin Trudeau, que de entrar en vigor los aranceles, su gobierno respondería "con acciones contundentes", pero aquí sólo sabemos que la Presidenta tiene "Plan A, B, C y hasta D", pero no nos dijo en qué consisten.

A reserva de ver cómo responde el gobierno de la doctora Sheinbaum a los aranceles que desestimaba, todo indica que la decisión del presidente Donald Trump de maltratar así a sus dos socios comerciales es una primera medida real de presión para obligarlos a cumplir sus exigencias en temas como el combate al fentanilo, la detención de la migración ilegal hacia su país y la seguridad en las fronteras comunes.

Es decir, que los aranceles son una suerte de garrote con el que Trump golpea a México y a Canadá, para obligar a sus presidentes, Sheinbaum y Trudeau, a tomar medidas extremas en esos temas y a acatar las directrices que Estados Unidos quiere fijar en las relaciones trilaterales, comerciales, migratorias y políticas con sus dos vecinos. En ese sentido es muy posible que los aranceles de 25% sean una medida temporal con la que el agresivo mandatario estadounidense quiere forzar a que los gobiernos de México y Canadá acepten realizar acciones y políticas específicas dictadas desde la Casa Blanca.

Veremos cómo reacciona hoy el gobierno de Claudia Sheinbaum que enfrenta, sin duda, su prueba de fuego. Hasta ahora la doctora ha mantenido una línea prudente -a veces en exceso- con la que ha evitado confrontarse o discutir mediáticamente sobre las declaraciones y acciones de su homólogo Donald Trump. Sin duda la prudencia es importante frente a un negociador virulento y con garrote como el inquilino de la Casa Blanca, pero tampoco se debe confundir la prudencia con la tibieza y habrá que actuar de la manera más conveniente para México y sus intereses... Los dados mandaron Doble Serpiente, mal termina la semana.