Ana Delia mantiene la Cerrajería Central de Hermosillo con entrega y pasión
Detrás de este negocio se esconde una historia de empoderamiento y superación.
La historia de Ana Delia Becerra Dessens es un ejemplo de fortaleza, superación y esfuerzo, que se entrelaza con la Cerrajería Central en Hermosillo, un negocio familiar que ha sido un bastión de determinación y perseverancia desde 1964.
La trayectoria de Delia toma raíz con su padre, Héctor Becerra, fundador del negocio, sin embargo la tragedia tocó su puerta en 1973 cuando un accidente de avioneta se llevó la vida de su padre de apenas 33 años.
Ese mismo año, su madre, Irma Delia Dessens Mendivil de 32 años, tomó las riendas del negocio.
“Era súper emprendedora, ella le entró a todo, ni siquiera los empleados le querían hacer caso porque ¿Cómo le iban a hacer caso a una mujer en un negocio de hombres? Mi mamá tuvo que plantarse y siguió adelante”, relató.
Su fortaleza dejó una marca indeleble en ella y sus hermanos, quienes aprendieron las habilidades del negocio desde una edad temprana.
“Me encanta la cerrajería, en aquel tiempo, cuando yo tenia 13-14 años, se usaba mucho trabajar el abrir candados y se hacía la llave, se cuidaban mucho las cosas, no se desechaban como muchas cosas ahora sino se reparaban”, explicó Becerra.
Toma las riendas
En 1992, debido a problemas de salud de su madre, Delia tomó la responsabilidad del negocio a la edad de 29 años; su valentía y determinación la llevaron a convertirse en la cabeza del negocio, superando los desafíos con gracia y dedicación.
“Hay mucha gente que se asombra de que seamos mujeres quienes atendemos, me ha tocado señores que tienen un miedo de que no les queden las llaves porque soy mujer y les digo ’señor, si quiere que se la haga un cerrajero a dos cuadras está otra persona’, y hay otros señores que me tienen mucha confianza, que me defienden”, señaló.
En un entorno donde las expectativas de género a menudo prevalecen, ha demostrado que las mujeres pueden liderar y triunfar en cualquier industria.
Hoy en día, a sus 60 años sigue dirigiendo la cerrajería con pasión y profesionalismo, manteniendo su enfoque en la atención al cliente, lo cual ha sido un factor clave para ganarse la confianza y el respeto de sus clientes, con cerca de 45 a 50 clientes atendidos diariamente.
“Viene la abuelita, la hija, la nieta, han venido varias generaciones y me da mucho gusto”, mencionó nostálgicamente.
Su historia es un recordatorio inspirador de que el género no debe limitar el potencial de nadie, y su legado es un faro de empoderamiento para las mujeres que buscan alcanzar sus sueños en cualquier campo.