Olvidados en la periferia, vecinos de la colonia Cajeme sufren estragos
Entre calles de terracería y viviendas de cartón, madera y algunos avances en material, es como viven los pobladores de la colonia Cajeme, lugar situado en medio de los cerros “Las Cuevitas” en Hermosillo.
HERMOSILLO, SON.- Entre calles de terracería y viviendas de cartón, madera y algunos avances en material, es como viven los pobladores de la colonia Cajeme, lugar situado en medio de los cerros “Las Cuevitas” en Hermosillo.
Alrededor de mil quinientos metros cuadrados de superficie es lo que comprende el territorio, que fue fundado hace 15 años por integrantes del Movimiento Antorchista de Sonora procurando considerarla como una colonia más de Hermosillo.
Javier Valenzuela, dirigente del Movimiento Antorchista, indicó que dicho asentamiento ha logrado obtener los servicios básicos a base de esfuerzo y alzar la voz ante las autoridades gubernamentales.
El dirigente comentó que a pesar de que se cuenta con tomas de agua, no cuenta con la presión suficiente, dejando a viviendas de la zona más elevada sin el servicio del vital líquido.
Alejados de la sociedad
Dicho asentamiento, situado al final del bulevar Lázaro Cárdenas, tiene una población de alrededor de 85 personas y se encuentra a 17 kilómetros desde el centro de la capital sonorense.
Cabe destacar que los pobladores tienen que recorrer hasta más de un kilómetro de distancia para tomar el camión que los lleve a sus trabajos, tomando la línea 10, 01 ó 18 desde el cruce de Quiroga y Gaspar Luken.
Tal es el caso de Ramón, uno de los habitantes que tiene que cruzar entre el monte y cruzar el canal de Lázaro Cárdenas para tomar un camión, tardando más de veinte minutos en sólo ir a la parada de camión más cercana.
“Como parte de las actividades de apoyo que tenemos en el Movimiento Antorchista, es la de meter una camioneta van, que forme parte de otra línea de camiones que cubra las necesidades de la colonia Cajeme y sus asentamientos alrededor”, comentó Javier.
Siempre alertas de la delincuencia
A pesar de su tranquilidad por la poca población, en materia de delincuencia se vive en alerta, debido a que deben estar al pendiente de sus viviendas, tal como lo mencionó uno de los vecinos que: “Si por mí fuera, me quedaría todo el día para evitar se metan a robar”.
El dirigente comentó que el robo a vivienda es uno de los más comunes, ya que los hampones se aprovechan de los pobladores que salen a trabajar y de la poca o nula seguridad que tienen en sus casa.