Un camino empinado, con un árbol de palo blanco, indica la llegada a una zona de estalactitas y, cuentan los pobladores, que tiempo atrás desde esa montaña y durante todo el año, corría una cascada con un hilo pequeño de agua. Uno de los pobladores de la región, al querer obtener más agua dinamitó una parte del cerro, dejando al descubierto hermosas estalactitas que se fueron formando con minerales del agua. Por el daño ocasionado, dejó de salir agua del cerro y sólo quedó la vista de un impresionante panorama, una zona de picos de estalactitas, dejando una cueva con vista al paisaje de la ruta del Novillo.

A la entrada, un marco de concreto y teja, tiene el mensaje de bienvenida a San Pedro de la Cueva. Su bulevar de concreto topa con una fuente que dirige al Palacio Municipal y a la plaza de la Iglesia de San Pedro Apóstol. Esta comunidad está al margen del Río Moctezuma y actualmente su territorio abarca lo que fue Suaqui, Tepupa y Batuc, pueblos que quedaron sumergidos por el progreso, cuando se construyó la presa Plutarco Elías Calles, la cual es uno de los principales atractivos turísticos y comerciales del lugar, ya que hay cooperativa de pescadores y, además, es utilizada para practicar deportes acuáticos como el esquí y la pesca.

También se hacen recorridos turísticos en embarcaciones, guiados por promotores turísticos como Julio Rascón, quien sale del muelle de San Pedro todos los fines de semana para trasladar a grupos de estudiantes o turistas y recorrer la zona de pueblos sumergidos, llegando a la cortina de la presa.

La iglesia sumergida de Batuc

La joya de la corona y uno de los atractivos principales, es la iglesia sumergida de Batuc, la cual ha quedado al descubierto total por las escasas lluvias que se han registrado. Esta iglesia, que emerge por temporada del agua, se dice que fue una de las más bellas de las misiones jesuitas que evangelizaron la zona. Su construcción inició en 1741, año en que el misionero jesuita Alejandro Rapicani asumió el cargo de la construcción de la parroquia San Francisco Javier de Batuc, con la ayuda de gente de la tribu ópata fue terminada en 1767 y actualmente, a pesar de contar con 277 años de construcción, haber pasado por temblores y estar sumergida en el agua la mayor parte del año, el gigante de cantera se niega a morir, pues aún sigue una parte en pie. Su fachada fue trasladada a Hermosillo, y se aprecia en la plaza de los Tres Pueblos, ubicada en la colonia Villa de Seris, como un homenaje de los pueblos que fueron hundidos en el agua. La otra parte de la estructura fue trasladada a los arcos de Caborca.

Pero la belleza de San Pedro no sólo radica en su presa. En la zona de la carretera rural que va hacia Tepache, se encuentra la entrada a la cueva, razón por la cual lleva el nombre de San Pedro de la Cueva. En ese lugar se puede practicar alpinismo y rappel, ya que se puede llegar por senderos montañosos y siempre se podrán encontrar ojos de agua que escurren entre la piedras de los cerros la zona.

Las Pilas es un balneario de aguas termales donde se pueden disfrutar a cualquier hora y el recorrido lleva a unos petroglifos tallados en piedra que se ubican en la orilla del Río Moctezuma. En el lugar se pueden apreciar imágenes que podrían representar ciempiés, un circuito de seis círculos tallados y diferentes figuras pintadas entre piedras negras y escarpadas.

Cerca de las sorprendentes figuras ancestrales, se recorre el callejón de la pilas que está rodeado de árboles de mezquite y se llega al Ranchito del Mirador, granja con cerdos, guajolotes y periquitos del amor que gozan de volar libremente. Se acercan para ser alimentados por los visitantes del ranchito, propiedad de Amanda y Joaquín Andrade. Los pobladores de San Pedro, cuando divisan un colorido periquito volando en el pueblo, comentan - ¡mira, ahí van los pájaros de la Amanda! -.

Las obleas de panocha

Entre tantos atractivos naturales y nobles pobladores, también existe una fecha inolvidable, que es el 2 de diciembre de 1915, año en el cual un grupo de autodefensa de San Pedro atacó, por error, a una de las tropas derrotadas de Pancho Villa dando muerte al sobrino del Centauro del Norte, motivo por lo que Villa desfogó toda la frustración acumulada por su derrota, fusilando a 84 hombres junto con el sacerdote Avelino Flores, frente a la iglesia, donde actualmente se erige un monumento en honor las personas inmoladas en ese ataque. En la estatua, con la figura del padre víctima del ataque, aparecen los nombres de los que perdieron la vida aquel trágico 2 de diciembre.

Una recomendación para los turistas que visitan este pintoresco municipio de Sonora y se queden con el trago amargo de esta historia, las obleas de panocha con cacahuate son unos de los postres más tradicionales del lugar y se pueden saborear después de comer un rico pescado, que se prepara en el lugar, otra de las comidas típicas.

En la actualidad, el nivel del agua de la presa ha bajado tanto que emergió el panteón de Batuc, antiguas edificaciones de casas e incluso se puede caminar por el lugar.

Tabla de datos

San Pedro de la Cueva 

120 kilómetros de Hermosillo

Paseos guiados 6623003768 Julio Rascón

EXP/JB/DAW/MAR/2018