Atrae AMLO esperanzas

En unas cuantas horas más Andrés Manuel López Obrador se convertirá en el presidente número 65 en la historia de México.

Sucederá a Enrique Peña Nieto, cuyo gobierno es y será considerado como uno de los más ineptos y corruptos del México moderno.

Durante el sexenio actual, los precios de la gasolina se elevaron en un 100%, la cotización del dólar pasó de los 13 a los 20.50 pesos, la deuda pública se incrementó de los 4 billones a los 10 billones de pesos.

Pero lo más sensible para la población mexicana fue el apabullante número de homicidios dolosos que superó los 130,000 en el gobierno de Peña Nieto cuando su primer compromiso fue detener la ola de violencia desatada en tiempos de Felipe Calderón.

La corrupción fue el segundo gran yerro del gobierno actual, los escándalos fueron interminables y muy mal manejados por Peña Nieto y su equipo.

Desde la adquisición de la casa blanca por parte de su esposa hasta los casos de los sobornos de Odebrecht, el socavón de Cuernavaca, la “Estafa Maestra” de la Sedesol, entre muchos más que no fueron investigados y castigados con rigor.

López Obrador llega entonces con la ventaja de que cualquier plan organizado que emprenda en contra de la inseguridad, la corrupción y la economía, será aplaudido y respaldado por la ciudadanía.

El nuevo presidente arribará al poder con el respaldo del 53% de los votantes —alrededor de 30 millones de sufragios— , lo que no sucedía en México desde los tiempos de la hegemonía priista.

A sus 65 años, será el presidente con mayor edad en tomar posesión desde que en 1913 el dictador Victoriano Huerta asumiera la presidencia del país.

Otro dato interesante se refiere a que AMLO será el primer presidente en gobernar menos de seis años desde 1934, cuando se iniciaron los periodos sexenales con Lázaro Cárdenas.

La presidencia de López Obrador deberá concluir el 30 de septiembre del 2024, dos meses antes de lo habitual de acuerdo a la reforma constitucional realizada en años pasados para recortar el extenso periodo entre los comicios y la toma de posesión.

AMLO será por cierto el primer mandatario de izquierda del México democrático y el cuarto presidente del siglo XXI.

Las esperanzas por lograr cambios reales para México son enormes, los votantes le apostaron a sus promesas de erradicar la corrupción, la pobreza, el autoritarismo y la inseguridad social. Pronto veremos si podrá cumplirlas.

En estos meses López Obrador no ha engañado a nadie. Ha mantenido sus promesas de campaña y tomado acciones controvertidas como es su costumbre.

Ha añadido, sin embargo, una modalidad a su actuar político: lanzar planes de los que después se retracta o rectifica, en ocasiones para bien y en otras para complicar el panorama como sucedió con el anuncio de la guardia nacional.

Como hombre de izquierda habrá que esperar más sorpresas y medidas que irán en contra de la estabilidad económica como fue la cancelación del aeropuerto de Texcoco.

Han existido en las últimas décadas presidentes de izquierda que realizaron gobiernos exitosos, por ejemplo Francois Mitterrand de Francia, Felipe González de España y Lula da Silva de Brasil.

Lamentablemente han sido los menos porque la mayoría han llevado a sus países a situaciones dramáticas, entre otros Fidel Castro de Cuba, Hugo Chávez y Nicolás Maduro de Venezuela, Daniel Ortega de Nicaragua, los Kirchner de Argentina, entre muchos más.

El equipo de colaboradores de AMLO ha sido en general bien evaluado por los analistas, en su mayoría son políticos experimentados de amplia trayectoria académica. Hay también prietitos en el arroz como el líder minero Napoleon Gómez Urrutia, Manuel Bartlett Díaz y el español Paco Ignacio Taibo II, cuyo lenguaje florido dejó en claro que no está apto para dirigir el Fondo de Cultura Económica.

Por respeto al voto mayoritario del pasado primero de julio, los mexicanos estamos obligados a dar un voto de confianza al nuevo presidente y otorgarle el beneficio de la duda durante los primeros meses de su gobierno.

Habrá que seguir con prudencia y tolerancia su desempeño, evidentemente sin dejar a un lado nuestro sagrado derecho a la libre expresión y a la crítica.
Al mismo tiempo los ciudadanos deberemos fortalecer nuestros deberes y responsabilidades cívicas ante los riesgos de un gobierno de izquierda que podría inclinarse al centralismo y el autoritarismo.

Apunte final...
Sorprende que la delegación norteamericana con más de cien integrantes, sea la más numerosa del extranjero en asistir a la toma de posesión del sábado primero de diciembre... Para no perder la costumbre, López Obrador emitirá su primer mensaje público en el zócalo de de la Ciudad de México frente a las multitudes que lo han acompañado en sus mítines desde que inició su carrera por la presidencia en el 2006.

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