Mordió el anzuelo López Obrador

En mal momento para los mexicanos se presenta la amenaza de imponer aranceles por parte del gobierno norteamericano.

En primer lugar porque se trata de una acción negativa e impulsiva por parte del presidente Donald Trump que antes de concretarse ya afectó varios indicadores económicos de México, entre ellos la paridad peso-dólar, así como las expectativas de crecimiento y de la inflación.

En segundo lugar porque distrae la atención nacional de varios asuntos calientes como la persecución de Emilio Lozoya, los resultados electorales del 2 de junio y la suspensión del aeropuerto en Santa Lucía por parte de un juez federal, entre otros.

A ello podríamos agregar el banderazo súbito para la construcción de la refinería en Dos Bocas, el duelo general por los diez años de la tragedia en la guardería ABC y sin olvidar la oleada violenta que día tras día dispara el número de homicidios dolosos en todo el país.

Quizás por ello el presidente Andrés López Obrador optó por responder casi de inmediato la amenaza –o mejor dicho la bravata—de Donald Trump cuando antes había ignorado infinidad de insultos en contra de los mexicanos.

López Obrador “mordió el anzuelo” que lanzó el mandatario norteamericano desde el continente europeo con evidentes fines electorales. Trump se prepara para anunciar en quince días su campaña de reelección y para ello el viene de perlas una nueva disputa con México en materia migratoria.

Pero le convenía al tabasqueño subirse ahora sí al carrusel “trumpiano” con tal de evadir los tiempos complicados que vive su gobierno y convertir a México en la víctima de la ferocidad del imperialismo yanqui.

Por lo pronto López Obrador recibió las simpatías de los sectores nacionalistas mexicanos quienes de inmediato se le unieron y --como en los tiempos del populismo tricolor—tronaron contra los amagos abusivos e impertinentes del inquilino de la Casa Blanca.

Lamentablemente el control de esta crisis la tomaron los norteamericanos quienes pondrán las condiciones para el conflicto migratorio que pudo resolverse de tiempo atrás sin necesidad de llegar al actual escándalo político y económico.

Además de la contracción económica que sufre México y que reflejan las calificadoras de riesgo y de crédito Fitch Ratings y Moody’s, respectivamente, la imposición unilateral de aranceles por parte de Estados Unidos dañará severamente la actividad comercial en ambas naciones, sin embargo México será a todas luces el más afectado.

Por todo lo anterior vemos realmente difícil que se llegue a concretar la aplicación de los aranceles, quizás se implanten de manera selectiva y temporal para que Trump presuma ante sus futuros votantes que está realizando enromes esfuerzos para controlar el flujo de inmigrantes.

Si bien es cierto que el gobierno de AMLO ha permitido el cruce masivo de centroamericanos por nuestro país, tampoco se puede culpar sólo a México de esta crisis humanitaria que se ha gestado por la marginación y el alto nivel de delincuencia que viven en Honduras, El Salvador y Guatemala, entre otras naciones de América Central y del Sur.

Por supuesto a Trump le conviene echarle toda la culpa a México en esta víspera electoral mientras que al gobierno mexicano le viene de maravilla asumir ahora el rol de mártir, así habrá motivos de sobra para ignorar los problemas internos y para justificar la debacle económica que tenemos en puerta. Al tiempo.

Noticias, noticias…

Resulta que un juez federal congeló la orden de aprehensión contra el ex director de Pemex, Emilio Lozoya por lavado de dinero, pero no por amparo alguno sino porque tal delito no contempla la prisión preventiva… ¿Pifia de la juez que dictó la orden o ganas de proteger al funcionario consentido del sexenio pasado?... Por cierto, la denuncia penal del IMSS en contra del ex gobernador Eduardo Bours por el caso ABC suena más mediática que otra cosa. ¿De veras creen que podrán fincarle cargos luego de diez años de la tragedia?

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